El PSOE y el PP condenaron abiertamente los actos violentos que protagonizaron grupos radicales para tratar de reventar la manifestación convocada por Galicia Bilingüe. En un comunicado oficial, el PSOE rechazó «calquera forma de violencia, de agresión, calquera conduta que trate de impedir a libre manifestación dos cidadáns e a expresión das súas ideas». Los socialistas precisaron que, «non compartindo en absoluto os postulados e argumentos da convocatoria, defendemos sempre o dereito da manifestación, o dereito da liberdade de expresión, o dereito que teñen os colectivos de trasladar as súas opinións, un dereito que ninguén pode impedir nin limitar». E insistieron en su apuesta por el «entendemento, a cooperación e a unidade arredor da lingua».
Libres y violentos
Por su parte, Alfonso Rueda, secretario xeral del PP, aseguró que ayer «hubo dos manifestaciones en Santiago; una de personas que libremente reclamamos nuestro derecho a elegir, sin imposiciones, el uso de una u otra lengua»; y una segunda de «violentos, que pretendía impedir nuestro derecho a manifestarnos y a elegir libremente». Rueda criticó al bipartito, del que dijo que «anunció que no participaba en la manifestación» y, en cambio, no dijo nada «de la otra manifestación». El portavoz popular aseguró que muchos otros compañeros de partido acudieron a la manifestación de Galicia Bilingüe a «título personal y en defensa de nuestro derecho a elegir».
Rosa Díez, de UPyD, que asistió a la manifestación junto a los dirigentes de la plataforma, justificó su presencia en la concentración «para reclamar libertad de idioma en la escuela». Apuntó que es preciso que todos puedan «defender los derechos conculcados» e insistió en que comparten con Galicia Bilingüe el derecho a «exigir a los gobernantes que no nos creen problemas, que resuelvan los problemas que tenemos ciudadanos».
Desamparo
El BNG, por su parte, no se pronunció sobre lo ocurrido. Varias agrupaciones de Galiza Nova, sin embargo, sí lo hicieron, pero no para condenar la actuación de los violentos, sino para criticar a los policías que trataron de contener el lanzamiento de botellas y otros objetos sobre los manifestantes.
La Mesa pola Normalización Lingüística sí rechazó el comportamiento de los radicales, pero calificó la manifestación de Galicia Bilingüe como «a marcha do odio, da intolerancia, tristemente apoiada polo PP». Fuentes de la Mesa afirmaron que «a actitude do PP protagonizando esta marcha e chamando a participar na mesma consuma unha traizón aos seus milleiros de tradicionais votantes que falan en galego».
Desde la Mesa se valoró la marcha como «un fracaso para a convivencia de todos os galegos» y lamentó que se trate «dunha mobilización non para que se garantan os dereitos, senón para retirarllos a outros e que se desampare totalmente a quen queira falar e vivir na lingua propia de Galicia».