Siete meses como animal doméstico.
19 feb 2009 . Actualizado a las 18:47 h.El pasado 29 de junio, la familia del pedáneo de la parroquia de Seteventos en la localidad lucense de Sarria, José Eugenio López, se quedaba asombrada cuando llegaba a su casa una jabalina de apenas un mes siguiendo a su perro Tobi. «Suponemos que le mataron a su madre y fue lo más parecido a ella que encontró y decidió seguirla hasta casa», dicen José y su hija Conchi.
Desde ese día decidió convivir con ellos como una mascota más de la familia y se acostumbró a la buena vida. «Nos dio pena y decidimos darle de comer. La alimentamos con harina de maíz y cebada, pero su gran pasión son las galletas y el pan», dicen sus nuevos amos.
Cuando el animal ya daba indicios de que iba a estar una temporada en la casa decidieron bautizarla. «Le pusimos Tani recordando a un cerdo blanco y negro que se parecía a ella», cuentan.
El proceso de aprendizaje fue rápido y hoy obedece a sus amos como cualquier otro animal doméstico. Prueba de ello es que sale a la puerta a recibir a los visitantes . «Siempre que la llamamos acude y obedece casi siempre a la primera todas las órdenes», aseguran. Tani es la mascota de la parroquia y es habitual verla mezclada con los vecinos. «Todos están acostumbrados a su presencia y le dan de comer y la acarician. Hace unos días hubo un oficio religioso y estuvo en el medio de la gente fuera de la iglesia sin molestar a nadie», comentan entre sonrisas.
La educación de Tani es tan exquisita que no ensucia nada, excepto algún pantalón con el hocico si los que están a su lado se despistan. «Ya tiene un lugar para dormir y otro al que acude siempre a hacer sus necesidades. Es muy educada y limpia», manifiestan con orgullo sus dueños.
La jabalina Tani tiene plena libertad para hacer lo que quiera. «Es libre de entrar y salir, pero es muy raro que falte más de media hora de casa», afirman sus dueños.