Cuadrillas de operarios trabajaban ayer en la colocación de redes metálicas en el perímetro de la carretera
17 dic 2009 . Actualizado a las 02:00 h.Audasa concentró ayer buena parte de su personal de mantenimiento en una sola tarea: la reparación de las vallas que separan la autopista de las fincas colindantes.
El responsable de explotación y mantenimiento de la autopista AP-9 declinó hablar sobre la reparación de las vallas de esta carretera en la que el pasado domingo se colaron varias vacas y causaron un accidente múltiple. Los portavoces de la concesionaria de la autopista no confirmaron que estén tapando los huecos que presenta la valla, a pesar de que decenas de conductores pudieron ver a cuadrillas dedicadas a esta tarea durante toda la jornada de ayer y en numerosos puntos de la comarca.
En concreto, a media mañana de ayer había un grupo de empleados de Audasa que estaban reparando desperfectos en el cierre de la carretera a su paso por la localidad de O Burgo, en el término municipal de Culleredo. Horas más tarde, los mismos operarios trabajaban en un punto muy cercano y también en el perímetro de seguridad de la carretera.
Competencias del Estado
Por su parte, portavoces de la Consellería de Medio Ambiente e Infraestruturas detallaron ayer que carecen de competencias para iniciar una inspección sobre la seguridad de esta carretera de pago: «Non temos potestade para inspeccionar unha concesionaria do Estado, aínda que imos solicitar información sobre os traballos que realizan», según afirmó una portavoz del citado departamento. Hace un par de semanas, el conselleiro Agustín Hernández visitó los trabajos que se realizaban en la autopista de Carballo, de la que es titular la Xunta, donde se produjo un derrumbe que estuvo a punto de sepultar un coche. En aquella ocasión relató que la Xunta puede establecer controles de calidad, pero la concesionaria es la que debe mantener la vía.
Bajo la lluvia
Mientras, un conductor que viaja a menudo entre Santiago y A Coruña por la autopista AP-9 dijo que «las reparaciones que hacen bajo la lluvia demuestran que las vallas están rotas en muchos puntos, y que ahora trabajan contra reloj para lavarse las manos y echarle la culpa al pobre ganadero, que no tiene culpa de nada». Este conductor se topó con cuadrillas trabajando antes de la salida a Ordes, pero también poco después: «Hasta tres pude ver en esta zona», afirma. En el viaje de regreso las encontró tapando agujeros del cierre en el entorno del peaje de Guísamo.
«Está claro que estaban trabajando con urgencia porque llovía un montón y seguían con sus tareas», precisa, al tiempo que asegura que hay numerosos lugares que tienen problemas en las vallas.