El incidente ocurrido en los juzgados de Lugo también fue denunciado ante la Agencia de Protección de Datos
21 dic 2009 . Actualizado a las 02:00 h.El Consejo General del Poder Judicial fue informado de la desaparición del procedimiento relativo a la trama de los burdeles de Lugo del sistema informático del juzgado. Este órgano, según diversas informaciones, abrió una investigación para tratar de saber qué es lo que sucedió y si pudo haberse producido un sabotaje. La Xunta, responsable del mantenimiento del sistema informático y del programa denominado Minerva, que es el que utilizan los juzgados gallegos, atribuyó lo ocurrido a un «barrido nocturno» para hacer copias de seguridad. Sin embargo, la propia Xunta emitió ayer otro comunicado en el que asegura que tal barrido no es la causa del problema. No aclara cuál es, pero dice que se abrió un informe técnico para aclarar los hechos.
Aún cuando finalmente los archivos pudieron ser recompuestos, la desaparición se considera de una gravedad extrema por tratarse de un expediente bajo secreto de sumario y, sobre todo, por el contenido del mismo: múltiples datos de personas, algunas de las cuales están aterrorizadas porque temen ser víctimas de algún ataque por parte del grupo que se ocupaba de los cuatro burdeles que fueron clausurados. Bastantes nombres que aparecen en los documentos corresponden a testigos protegidos. Precisamente por la gran cantidad de datos personales contenidos en la documentación la jueza dio cuenta por escrito no solo a la Xunta (que no le prestó atención), sino también a la Agencia de Protección de Datos, para que tome cartas en el asunto si así lo considera. También fue comunicado el incidente al Tribunal Superior de Xustiza de Galicia.
Según algunas fuentes, la titular del juzgado se enteró de la versión de la Xunta por la prensa. Al parecer, todos los días, a las doce de la noche, el sistema realiza automáticamente un barrido y crea copias de seguridad. Según la explicación oficial, los funcionarios que estaban trabajando en el juzgado perdieron la información. Posteriormente pasaron unos días hasta que los técnicos procedieron a la recuperación de los archivos desaparecidos. Esta versión parece que no les encaja ni a la jueza, ni tampoco a los funcionarios. Por eso está abierta una investigación en la Fiscalía. No encaja porque desde hacía ya varias semanas en este juzgado lucense era algo normal trabajar hasta altas horas de la madrugada para poder ir sacando adelante las diligencias de la compleja operación Carioca. Ni de madrugada ni tampoco los fines de semana y festivos que trabajaron tuvieron incidencia alguna con el programa. Que un sistema ideado para realizar una copia de seguridad origine la supresión de un procedimiento de principio a fin es una explicación que sorprende al personal del juzgado, máxime teniendo en cuenta que, cuando llamaron a Santiago para informar de la anomalía, nadie les explicó tal cosa. El secreto de las actuaciones judiciales, tras el incidente de Lugo, está en entredicho, pues personal que nada tiene que ver con quienes tramitan los asuntos tiene la posibilidad de acceder al contenido de los casos penales.