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Peinador y Alvedro no verán completados sus ILS

La Voz

GALICIA

21 dic 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

La lucha de los tres aeropuertos gallegos por contar con las fases más desarrolladas del Instrumental Landing System (ILS) aún no ha culminado tras más de diez años de reclamaciones y cuando se acaba de establecer la fecha de caducidad para dicha herramienta de ayuda al aterrizaje en condiciones meteorológicas adversas, a causa de la entrada en servicio y desarrollo del Egnos.

Este mismo año Aena echó por tierra las aspiraciones de Alvedro de poner en funcionamiento la categoría III de su ILS. El escaso tamaño de la pista coruñesa -con sus 1.940 metros de longitud es una de las más cortas de España- impide que dicho instrumental pueda ser usado en dicho nivel y con él propiciar aproximaciones a la pista cuando la visibilidad es menor a 200 metros en horizontal. Por ello, los pilotos deben desviar sus vuelos cuando no tienen visión por debajo de los 60 metros en vertical y 500 en horizontal.

16 millones invertidos

Peinador, cuyo ILS II/III fue inaugurado por el presidente José Luis Rodríguez Zapatero al poco de tomar posesión de su cargo en el 2004, tampoco logrará contar con un segundo sistema de ayuda al aterrizaje para instalarlo en su cabecera sur. La puesta en marcha de los nuevos sistemas de navegación acabaron con las aspiraciones viguesas de lograr una mayor operatividad de su pista, en la que llevó varios meses, y con la intervención de varios equipos especializados, la calibración del existente en la cabecera norte a causa del rebote de la señal en las montañas que rodean la infraestructura aérea. El nuevo plan director del aeropuerto vigués acaba de eliminar oficialmente de hecho la aspiración de un segundo ILS, para centrase en cambio en la ampliación de la pista, la construcción de una calle de rodadura y el recrecimiento del edificio de la terminal.

La inversión en ILS en ambos aeropuertos ascendió en total a 16 millones de euros, siendo Alvedro el último de los tres de la comunidad en ser dotado, en este mismo año, con el instrumental antiniebla que finalmente solo se utilizará en su nivel II.

Lavacolla, en cambio, fue el segundo aeropuerto de España en alcanzar la categoría II/III tras Barajas y antes que El Prat. Los 6,6 millones empleados en la terminal compostelana hicieron posible multiplicar su efectividad, circunstancia que alcanzará prácticamente el cien por cien cuando como en el resto de Galicia el Egnos permita aterrizar a ciegas.