Los concellos piden nuevos créditos para pagar nóminas y proveedores

GALICIA

Hasta 34 municipios se han acogido al plan de saneamiento estatal para hacer frente a sus obligaciones de pago

07 ene 2010 . Actualizado a las 02:22 h.

Al igual que miles de familias, que hacen cada vez más números por la crisis y el paro, los concellos viven al día y sortean las obligaciones más inmediatas, como quien esquiva una piedra en el camino. Hasta media docena de municipios se han visto obligados a recurrir a créditos extraordinarios para hacer frente a las nóminas del personal -con la extraordinaria de diciembre- y muchos de ellos han recurrido a préstamos para saldar sus deudas con los proveedores. Cangas recurrió a finales del pasado año a un préstamos extraordinario de 1,3 millones para pagar a los funcionarios. Y Carnota a otro de 100.000 euros para afrontar gastos corrientes. «Felizmente no nos consta ningún caso de municipios que no hayan abonado la paga extraordinaria, pero sí es más generalizada la deuda con proveedores, algo que viene ocurriendo desde hace tiempo y que no es estrictamente atribuible a la crisis», precisa Carlos Fernández, presidente de la Federación Galega de Municipios e Provincias.

De hecho, según los últimos datos del Ministerio de Economía, hasta 34 concellos gallegos se han acogido a la herramienta que regula el decreto estatal 5/2009, que permite a los municipios endeudarse mediante un préstamo bancario para pagar a sus proveedores. A cambio tienen que presentar un plan de saneamiento financiero. En total han solicitado 25,4 millones de euros. Rianxo fue el concello que más dinero pidió, con cuatro millones, seguido de Xinzo de Limia, que solicitó dos.

En la lista de ayuntamientos que se han endeudado con el beneplácito del Gobierno para saldar sus deudas con proveedores están, entre otros, A Pobra do Caramiñal, Carnota, Mazaricos, Betanzos, Melide, Foz, Meira y Ribadavia. Con los ingresos bajo mínimos y la crisis pisando muy fuerte, muchos municipios se han visto obligados a sacar dinero para gasto corriente hasta de debajo de las piedras. Partidas que antes se destinaban a obras o ayudas de carácter lúdico y cultural -como las subvenciones a asociaciones- se han visto drásticamente recortadas para financiar gasto corriente y satisfacer deudas con proveedores. La dinámica de recorte en las ayudas a colectivos, asociaciones culturales y comisiones de fiestas afecta a buena parte de los ayuntamientos, especialmente los más pequeños. Se trata de un dinero que ayudaba a dinamizar la vida social y cultural de muchas zonas que sufren un vertiginoso declive demográfico. De hecho, el efecto poblacional afecta especialmente a los municipios que bajen de 5.000 habitantes, que verán recortada su participación en los ingresos del Estado.