El Gobierno gallego desconoce por ahora los detalles de la investigación que está llevando a cabo una jueza de Lugo sobre un posible caso de tráfico de bebés, y que la llevó a entrar a requisar documentación el pasado sábado en la Delegación Territorial de la Xunta de Galicia en Lugo. Desde la Consellería de Traballo e Benestar reconocieron ayer que estaban al tanto de la entrada de la jueza el pasado sábado, porque así se lo había comunicado la delegada, Raquel Arias, pero que desde los departamentos de la Xunta no se tiene constancia de ningún indicio de irregularidad. En todo caso, explicaron que la obligación de la Administración es ponerse a disposición de la Justicia para esclarecer todo lo que considere oportuno, tal como hizo la delegada en Lugo el pasado sábado.
Desde la Xunta saben que la titular del Juzgado número 3, Estela San José, estuvo revisando los archivos de la delegación y que se incautó de la documentación que ella consideró que le interesaba sobre el caso, pero desconocen por completo de qué se trata la operación y cualquier otro detalle más allá de lo publicado ayer.
Por otra parte, desde la misma consellería pidieron todo el respeto y la prudencia posible en un asunto tan sensible como pudiera ser la adopción de niños porque, según las mismas fuentes de la Xunta, de lo único que tienen constancia es de que esos departamentos están funcionando muy satisfactoriamente.
Desde el juzgado que dirige la investigación en Lugo sigue sin haber ninguna información oficial y el hermetismo es absoluto. Fuentes conocedoras del caso consideran que esta es la postura lógica, sobre todo en un asunto como este en el que pueden estar implicados niños y familias y genera una gran sensibilidad social.
Personal de la Xunta en Lugo confirmó ayer que la jueza Estela San José se pasó el sábado todo el día en los archivos de la Delegación Territorial. Según dijeron, llegó poco después de las ocho de la mañana y estuvo registrando expedientes ininterrumpidamente junto a varios agentes hasta alrededor de las diez de la noche. Según estas mismas fuentes, ni siquiera habrían salido para comer, tratando de aprovechar al máximo una jornada de trabajo en la que no funcionan las oficinas y por tanto no se interfiere el funcionamiento de la institución y se opera con mayor sigilo.
Las mismas fuentes aseguraron que la jueza se llevó algunas cajas de documentación y que todo se hizo con un absoluto hermetismo, hasta el punto de que solo la delegada y algunas personas más estaban al tanto del registro que practicaba la jueza en el interior de los archivos de la Delegación de la Xunta.