Conforme la crisis galopa, los dramas familiares y las situaciones de verdadera necesidad se hacen más habituales, aunque a menudo se oculten, por pudor y porque los sufren personas que nunca se habían visto en la necesidad de pedir. Es así no solo en las grandes ciudades, sino cada vez más también en pequeños y medianos ayuntamientos de Galicia. En Ribadeo, por ejemplo, municipio de la costa de Lugo de unos diez mil habitantes, se han detectado algunos casos alarmantes. Son padres que no tienen dinero para comprar la leche adaptada que requieren sus bebés. Cáritas tuvo noticia de ello y, salvaguardando el anonimato, les paga en las farmacias la leche que precisan, así como los medicamentos.
Para algunos, un producto de primera necesidad como es la leche para el crecimiento normal de un niño se ha convertido en un artículo de lujo. «Esa é a realidade, sen necesidade de ir buscala fóra de Galicia; xente que pasa fame aquí, en Ribadeo, e quen sabe en cantos concellos máis», manifiesta Luis López Sierra, uno de los voluntarios de Cáritas en Ribadeo. «O problema que temos a miúdo -añade- é chegar a esta xente que o está pasando tan mal e que non o di. Seguramente hai anciáns, persoas maiores con rendas moi baixas, matrimonios novos sen traballo... Xente que nunca pediu e que ten vergoña de facelo».
Bolsas de alimentos
La percepción generalizada es que, de momento, los casos dramáticos no abundan en A Mariña, y de hecho no se plantea la necesidad de habilitar un comedor social. Pero hay datos que resultan preocupantes. Por ejemplo, este año el número de familias que cada mes reciben una bolsa de alimentos en Ribadeo se ha duplicado. Cáritas reparte ahora medio centenar. Son paquetes con doce artículos como lentejas, garbanzos, arroz, café, harina o macarrones. En Navidad son más de cien las familias que reciben la bolsa: «Veñen pedila porque saben que se reparte nesas datas. Iso fainos pensar que durante o resto do ano tamén poderían necesitala», dice Luis López Sierra, quien añade: «Desgraciadamente, parece que o peor está por vir. Por iso é tan importante que os que podemos botemos unha man».