«Para hacer frente a todos los gastos tendré que recurrir a Cáritas, aunque me duela»

GALICIA
Se siente una privilegiada pese a las dificultades por las que atraviesa. Ángeles es salmantina de nacimiento, aunque lleva toda la vida en Galicia. Tiene 58 años, reside en A Coruña y es madre de nueve hijos, tres de ellos menores de edad y aún a su cargo. Este mes se le acaba una ayuda de 480 euros de la Renda de Integración Social de Galicia (Risga), que le servía, entre otras cosas, para hacer frente al alquiler del piso, los recibos del agua y la luz y hacer un par de buenas compras en el súper. Los gastos fijos mensuales ascienden a unos 250 euros. ¿Qué hace con los otros 230 restantes si se tiene en cuenta que con ella viven tres hijos, de 12, 11 y 9 años? «Estirarlos como puedo», sentencia. Y añade: «Gracias a Cáritas puedo sacar a mis hijos adelante. Les pago los libros del colegio, tengo ropa y puedo hacer alguna compra adicional al mes con los cheques que me dan en la parroquia».
Ángeles se encuentra en trámites para recibir una nueva prestación de 435 euros mensuales y sabe que toca apretarse, todavía más si cabe, el cinturón. ¿El motivo? Desde que se solicita la ayuda hasta que el Estado se la conceda pasará algún tiempo. ¿Cuánto? Esa es la pregunta del millón. «Sé que tengo que esperar porque habrá muchas solicitudes, pero el alquiler hay que pagarlo, mis hijos tienen que comer todos los días y los recibos del agua y la luz hay que abonarlos religiosamente. Para hacer frente a todos estos gastos tendré que recurrir a Cáritas, aunque me duela», explica.
«Una privilegiada»
Pese a todas las adversidades, Ángeles muestra el lado más optimista de la vida: «Me considero una privilegiada porque hay gente que lo está pasando peor que yo». Toda una declaración de intenciones de una mujer que reconoce que con 20 euros sus hijos están alimentados tres días. Ángeles también tiene claro que nunca sacrificaría el futuro de los niños: «Tienen todo el derecho a estudiar, a formarse y a ser gente de bien».