Pretende aprovechar la rentabilidad de la conexión frente a la hora y 37 minutos del viaje en coche
26 ago 2010 . Actualizado a las 13:52 h.En un contexto generalizado de recortes y obras paralizadas, el Ministerio de Fomento parece decidido a rentabilizar antes de las próximas elecciones generales y de las autonómicas la importante inversión realizada en la red de alta velocidad gallega. Aunque a finales del 2011 y a principios del 2012 no podrá haber un servicio de AVE estricto entre Galicia y Madrid -sí un tren híbrido que reduzca a cuatro horas y media el tiempo de viaje a la capital-, el objetivo es aprovechar dos tramos de cierta entidad que estarán terminados en esas fechas -electrificación incluida- para componer un AVE interior entre A Coruña, Santiago y Ourense que dejaría este recorrido en 50 minutos, frente a la hora y 35 minutos que se emplea utilizando el turismo privado. Eso sí, pagando las tasas de dos autopistas de peaje.
En los últimos meses Fomento ha impulsado la electrificación del eje atlántico entre A Coruña y Santiago, donde los trenes diésel actuales ya obtienen tiempos en el entorno de los 30 minutos con velocidades punta de 160 kilómetros por hora gracias a la puesta en servicio del nuevo trazado hace unos meses. Este registro se mejorará con la electrificación, alcanzando los 230 km/h en la mayoría del recorrido.
Trabajos de electrificación
A falta de los horarios comerciales que decida Renfe en su momento, técnicos consultados consideran factible que los 62 kilómetros que separan ambas ciudades puedan hacerse en unos 20 minutos. El ministerio tiene previsto acelerar aquí los trabajos de electrificación a partir del mes de septiembre, aunque en algunas zonas ya se han depositado los postes que sustentarán la catenaria.
En Santiago-Ourense, por contra, el límite no lo pondrá el trazado, sino el material ferroviario que se utiliza en los servicios de alta velocidad de media distancia, que no suele superar los 250 kilómetros por hora. Este tramo será apto en su momento para velocidades de 300 a 350 kilómetros por hora y dejará el tiempo de viaje en 21 minutos. Con los trenes que realizan estos recorridos de media distancia, el tiempo final se quedará en el entorno de la media hora. Muy competitivo si se tiene en cuenta que los convencionales emplean entre hora y media y una hora y cuarenta minutos. En este tramo la electrificación ha avanzado mucho y solo quedaría la instalación de la doble vía.
Otro problema que deberá resolver Fomento es el ancho de vía por el que se optará en el eje atlántico y en el trazado Santiago-Ourense. Este último estaba previsto para ancho internacional, pero se maneja la opción de que las traviesas que se coloquen sean polivalentes y, en una primera etapa, se opte por el ancho ibérico para mejorar la conexión con la línea Santiago-A Coruña. Así se evitaría la instalación de intercambiadores de ancho y la infraestructura estaría preparada para la conversión a ancho internacional en el 2015.