La familia de una niña de 6 años de A Guarda pide ayuda para lograr la única solución para la enfermedad que sufre y que podría costarle la vida: el trasplante
06 oct 2010 . Actualizado a las 15:10 h.Todo empezó con una simple varicela. Pero cuando Inés Lomba Oliveira ya estaba en teoría recuperada, la pequeña de seis años, originaria de A Guarda, continuaba sintiéndose mal. «A principios de agosto, cuando terminó el plazo que el médico nos había dado para sacarla de casa, ella se seguía quejando de que estaba muy cansada y de que le dolía la cabeza», explica su tía, Beatriz Lomba. Les extrañó esa actitud, pues la niña «es la típica que aunque esté algo pachucha siempre quiere salir a jugar». Pero no fue hasta que le descubrieron unas manchas en el cuello cuando la llevaron a urgencias y, tras una serie de pruebas, se confirmaron sus peores temores: Inés sufría una enfermedad llamada anemia aplásica.
Desde entonces se encuentra ingresada en el Hospital Xeral de Vigo, en estado grave y a la espera de una médula que le salve la vida. La suya, como consecuencia de la enfermedad, ha dejado de fabricar glóbulos rojos, blancos y plaquetas, lo que reduce al mínimo sus defensas. Pero en la clínica, aseguran, ya no pueden hacer nada más por ella. «Mañana -por hoy- la mandan a casa, ya que dicen que la única solución que hay es el trasplante», cuenta la madre de Inés, Vanessa Lomba.
A partir de ahora, la familia de la niña tendrá que continuar el tratamiento en casa, pinchándola a diario y llevándola dos veces por semana al hospital, que se encuentra a 50 kilómetros de su casa. «Lo haremos lo mejor que sepamos, pero no somos profesionales», se queja la tía de Inés. La madre de la pequeña es ama de casa y no se separa de ella desde que le diagnosticaron la dolencia. También el resto de la familia se ha volcado, hasta el punto de que acaban de poner en marcha una campaña de concienciación para que la gente done.
Así, han creado una web (www.galiciasuroeste.info) y han comenzado a colgar carteles por la localidad de A Guarda. «Queremos que la gente se conciencie y se haga las pruebas de compatibilidad, que consisten en una simple analítica», explica Beatriz.
Un sistema «injusto»
Sin embargo, no están de acuerdo con el sistema de donación establecido, que impide que las donaciones sean directamente para la pequeña, obligando, por el contrario, a que las reciba un donante anónimo en caso de compatibilidad positiva. «No nos parece justo. Estamos convencidos de que entre la propia familia del enfermo, por cuestiones genéticas, siempre habrá más posibilidades de coincidencia», recalca.
«En todo caso, pedimos igualmente la solidaridad de la gente, porque está en juego la vida de Inés, pero estamos seguros de que también las de otras muchas personas que se beneficiarán de la ayuda de quienes accedan a hacerse las pruebas».
A sus seis años, Inés no es consciente de lo que le ocurre, aunque sabe que está «malita» y que ya no puede hacer los mismo que los otros niños. «Físicamente no aparenta lo mal que está, pero la fiebre le sube y le baja continuamente y tiene que llevar mascarilla para protegerse de cualquier virus que le podamos contagiar y que sería perjudicial para ella», explica la madre.
Además, le cuesta tomar todas las medicinas y es necesario tenerla «como en una burbuja». «Le sale pelusa por la cara por un medicamento. Ella no lo entiende y lo pasa mal. Pero eso es lo de menos, lo único que nos importa ahora es poder salvar su vida», subraya.
Trasplante urgente
Los familiares de Inés aseguran que los médicos no han hablado de plazos, pero sí de que el trasplante debería realizarse «con carácter urgente», pues cualquier enfermedad podría costarle la vida dadas sus bajas defensas.
«No queremos pensarlo, pero hace poco supimos que hubo un caso en A Guarda en el 86 de un niño que murió por algo parecido», dice la tía. La madre, sin embargo, se queda con la experiencia de un amigo de Inés. «Tenía leucemia, y hace poco lo trasplantaron después de tres años de espera. Tenemos que mantener la esperanza», concluye.