Farmaindustria advierte que no hay productos idénticos pese a compartir el principio activo

GALICIA
Farmaindustria, la patronal de la industria farmacéutica, que engloba a la mayoría de los laboratorios, es una de las más firmes detractoras de la propuesta gallega para hacer un catálogo de fármacos a financiar por la Consellería de Sanidade. Ayer sus representantes explicaron en Compostela los motivos de este rechazo, que son fundamentalmente tres: la discriminación negativa que supondrá para los ciudadanos gallegos no tener acceso a la misma variedad de medicamentos que los de otras comunidades; el hecho de que se invadan competencias ministeriales; y una cuestión más técnica, ya que desde esta patronal advierten de que «no existen medicamentos iguales porque sí, pueden tener el mismo principio activo y excipientes o sales diferentes».
Julián Zabala, director de comunicación de Farmaindustria, recordaba ayer que «no existe el mejor medicamento al mejor precio posible, porque cada paciente es un mundo y eso solo lo sabe el médico». Zabala defiende además la libertad de prescripción que debe asistir al facultativo y sostiene que la patronal no está en contra de los genéricos, ya que incluso algunas de las compañías innovadoras producen también genéricos.
Sin recurso
Sobre la posibilidad de presentar un recurso contra el futuro catálogo -como ya anunciaron los socialistas gallegos y que también han sugerido desde la Administración central por invasión de competencias del Gobierno estatal-, Farmaindustria lo descarta porque asegura que no pueden recurrir una ley aprobada por un Parlamento autonómico.
La propuesta de catálogo, aunque partiese del Ministerio de Sanidad, no sería válida para esta patronal, ya que «no sería lógico que la Agencia Española del Medicamento autorice fármacos que después no financia la sanidad pública». Los responsables de las empresas ya manifestaron la semana pasada, cuando se aprobó en el Parlamento gallego la proposición de ley, que el tratamiento de un paciente no puede decidirse en un despacho, sino que debe preservarse la libertad del facultativo para elegir el medicamento más adecuado para cada caso.