«El abuso en el consumo de alcohol no es algo que genere una consulta por sí mismo, pero suele aparecer asociado a problemas de conducta, disciplina o fracaso escolar. Desde luego, es algo que se ve en la consulta cada vez con más frecuencia y a una edad más temprana», confirma el psicólogo clínico del Hospital materno infantil Teresa Herrera, de A Coruña, Manuel Fernández Blanco. Hasta con doce años señala el doctor. Blanco atribuye una parte de ese rejuvenecimiento en el abuso del alcohol a lo que él califica como «un empuje a a sumir una posición adulta, adelantarse al momento madurativo y participar cuanto antes en los mismos circuitos de ocio que los adultos». El psiquiatra apunta que el efecto es precisamente el contrario: «La adultización del niño es contraria a su independencia, porque genera comportamientos adictivos que van a interrumpir su evolución escolar, de modo que los adultos prematuros generan niños eternos que no acaban de encontrar nunca una vía sólida para lograr su independencia».
«Hay lo nuevo y lo de siempre», señala Blanco: «Siempre hubo un ceremonial en torno al alcohol. Lo nuevo es que para un sector de nuestros jóvenes el alcohol y las drogas se convierten en un elemento de ocio casi exclusivo».