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Frente al sencillo sistema informático que facilita el ahorro

J. C. A CORUÑA/LA VOZ.

GALICIA

Un semáforo señala al médico el coste de su elección cuando prescribe un fármaco

25 oct 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El doctor Ángel Vigo, médico de familia en un centro de salud de A Coruña, es uno de los facultativos que van testando las novedades del sistema que ha acelerado la prescripción de genéricos. Al abrir la historia clínica de un paciente, en su pantalla aparecen los fármacos que consume, lo que cuestan y lo que podrían costar. Delante de cada uno de ellos, un pequeño icono rojo, amarillo o verde, le da una información inmediata sobre lo económicamente adecuado de la prescripción. No parece una aplicación digna de un genio de la informática, pero funciona: «Con esto hemos mejorado un montón», dice el doctor, a quien enseguida le cae la pregunta del millón:

-¿Por qué no recetaban más genéricos antes?

El doctor Vigo responde que ya estaban en ello: «Siempre se ha tenido en cuenta, pero quizás en los últimos tiempos se ha producido un cambio mayor entre los pacientes. Antes eran más recelosos. Ahora, las protestas cuando se produce un cambio son excepcionales. De todos modos, es cierto que el sistema actual te anima a cambiar. Introducir las historias clínicas ha sido un trabajo largo, pero ahora estamos recogiendo los beneficios», explica el médico, que señala hacia la bacaladera en la que no hace tanto visaba las recetas de su pacientes con la tarjeta sanitaria: «Ahora ya no la uso nunca. Ya es casi una reliquia». En realidad, ni siquiera usa el bolígrafo, elementos anacrónicos en su consulta informatizada.

En la pantalla de este facultativo hay unos iconos que le permiten, con un solo clic, modificar la medicación del paciente a la que propone el sistema: la más eficiente que, en este caso, es casi sinónimo de la más barata. En poco tiempo, la mayor parte de los médicos de Galicia tendrán esta opción en sus ordenadores, otro pequeño atajo para confirmar el ahorro. Pero la Administración está dispuesta a dar todas las facilidades para que los cambios se produzcan cuanto antes.

Con todo y con eso, el doctor Vigo anda en un porcentaje del 15% en la prescripción de genéricos: «Estoy en la media», asegura. Es decir, aún le quedan muchos pacientes a los que cambiar la medicación. En su teclado, las posibilidades de ahorro son enormes: «Está claro que todavía nos queda mucho margen de mejora». Ve difícil llegar al 25% en la prescripción de genéricos a fin de año: «Pero seguro que nos podemos poner en el 20 o el 22%».

Prescripciones inducidas

Aunque el doctor Vigo es uno de los que testan el sistema, se muestra convencido de que la mayor parte de sus colegas están por la labor: «Pocos médicos habrá ya que no elijan el genérico en las primeras prescripciones. Pero claro, queda todo lo que se ha recetado previamente. De todos modos, hay que tener en cuenta que mucho de lo que recetamos en los centros de salud viene inducido por los especialistas, que son los que hacen la primera receta».

«Todos los días hacemos cambios», asegura este médico de familia, que en la jornada del día le ha cambiado (y abaratado) la medicación a varios pacientes. Cada semana recibe una llamada del Sergas que le pregunta por el sistema que está testando. En su ordenador recibe también con frecuencia un informe actualizado sobre su porcentaje en la prescripción de genéricos.

El interés de la Administración gallega estimula la colaboración. ¿Y la presión de las farmacéuticas llega hasta las consultas a través de los visitadores médicos? «Eso cambió mucho. Los visitadores son muy profesionales y nosotros muy asépticos. Hay un código ético que cumplir. Cada uno vende su producto, porque también hay visitadores que solo venden genéricos», concluye.