La Xunta recorta por segundo año el presupuesto contra los incendios obligada por la crisis

GALICIA
El apartado de acciones preventivas cae 6,1 millones, y la ordenación forestal, 17,4
28 oct 2010 . Actualizado a las 03:04 h.El escenario de crisis económica ha obligado al Gobierno gallego a meter la tijera por segundo año consecutivo en la partida que destina a la lucha contra los incendios forestales, una lacra que cada año absorbe una gran cantidad de recursos públicos y ocasiona un daño ecológico que tarda décadas en repararse. Según los datos que constan en el proyecto de ley de los presupuestos gallegos, en el 2011 Medio Rural tendrá 93,2 millones de euros para el programa de acciones preventivas e infraestructura forestal, 6,1 millones menos de los que dispuso en el 2010, y 17 millones menos que en el 2009. En este apartado se concentran los recursos destinados a evitar incendios y a financiar los medios de extinción, el capítulo que sufrirá el año que viene menos variaciones.
En materia antiincendios hay otros programas de Medio Rural que cobran especial importancia y que contabilizan una notable variación en la asignación de los recursos públicos. Es el caso del plan de ordenación de las producciones forestales, que en el 2010 dispuso de un presupuesto de 68,5 millones de euros y que el año que viene contará con 51,1, es decir, 17,4 millones menos, lo que supone una caída del 25,4%. Una bajada que Medio Rural vincula a que el 2011 será el primer año de lanzamiento de las Sofor (sociedades de fomento forestal), una herramienta diseñada por el Gobierno de Feijoo para promover la unión de parcelas y la rentabilidad de las explotaciones forestales.
Precisamente, el responsable de Medio Rural, Samuel Juárez, comparecerá hoy en el Parlamento gallego para explicar las cuentas de su departamento en el 2011, una consellería que dispondrá el ejercicio que viene de 525 millones de euros, 134,6 menos que en el 2010, lo que supone una caída del 20,6%. Se trata de la cuarta consellería que más baja en presupuesto en términos relativos, tras Economía, Medio Ambiente y Territorio, y Cultura y Turismo. Los datos incluidos en el proyecto de presupuestos del 2011 relativos a Medio Rural revelan, no obstante, que el mayor recorte no se produce en la lucha contra los incendios forestales sino en las políticas para el impulso y modernización del campo, azotado desde hace años por una crisis de rentabilidad y por un vertiginoso proceso de despoblación. Aquí es donde más se notan los efectos de la crisis. La partida para infraestructuras y equipamientos en el medio rural dispuso este año de 88,2 millones de euros, y el que viene, según las cuentas diseñadas por el Ejecutivo de Feijoo, contará con 41,7, es decir, menos de la mitad, lo que conlleva un descenso récord del 52%. También cae de forma considerable el programa destinado a fijar población en el medio rural, que pasa de 42,1 millones en el 2010 a 29,2, un descenso del 30,9%.
A la espera de que hagan hoy en el Parlamento gallego un análisis más detallado de las cuentas de Medio Rural, las fuerzas de la oposición, en una primera lectura, consideran que se trata de un presupuesto que condena al medio rural a seguir estancado y al monte a perseverar en una política que no previene los incendios y que destina todo el esfuerzo a apagarlos.
El departamento de Samuel Juárez, al igual que el resto de las consellerías y que el propio presidente de la Xunta, recuerda que, probablemente, se trata del presupuesto financieramente más complejo en la reciente historia autonómica. Y que pese a ello, las grandes partidas cuentan con suficientes recursos como para que la estrategia de impulso al desarrollo rural y forestal pueda seguir su curso durante el año que viene.
Medio Rural advierte de que se ha hecho un esfuerzo máximo para recortar todos los gastos prescindibles en materia antiincendios, como ya se hizo en las cuentas del 2010, sin que se altere el grueso de las medidas preventivas. El debate parlamentario de hoy sobre los presupuestos de la consellería que capitanea Samuel Juárez estará marcado por el balance de la campaña antiincendios -un total de 13.000 hectáreas quemadas, más de 3.000 de ellas en espacios protegidos- y por la grave crisis de precios que padece el sector lácteo gallego, incapaz de avanzar en las relaciones entre productores e industrias, y con cientos de ganaderías al borde del cierre por su incapacidad para sostenerse financieramente.