El boicot provocó nueve cancelaciones, tres desvíos y 17 retrasos. El sindicato USCA alerta de nuevos cierres del espacio aéreo y acusa a Aena del caos por falta de previsión
03 dic 2010 . Actualizado a las 10:06 h.El cierre parcial del cielo aéreo en Santiago por la ausencia de controladores que apelan al cumplimiento de las horas trabajadas sumió ayer al aeródromo de Lavacolla en el desconcierto y el caos. Y ayudó a la incomunicación de Galicia, azotada ayer por un temporal de nieve que complicó la circulación por carretera. De los cuatro trabajadores que debían haberse presentado en la torre de control por la mañana, solo uno estaba operativo; el espacio aéreo permaneció cerrado entre las 9 y las 11.30 horas; entre las 12.15 y las 13; y entre las 14.10 y las 15. Por la tarde, con solo dos controladores de cuatro disponibles, no hubo supervisión de operaciones durante dos horas.
Esta inactividad por falta de personal desembocó en una jornada caótica: 800 pasajeros de seis vuelos cancelados se quedaron en tierra y otras diez salidas tuvieron retrasos que oscilaron entre los 50 minutos y las seis horas. El equipo de baloncesto del Obradoiro tuvo que desplazarse hasta Peinador para volar a Madrid. Y cientos de usuarios, indignados, formaron grandes colas para reclamar sus derechos ante las compañías y ante la ventanilla de Aena. Ryanair canceló sus enlaces con Madrid, Londres y Fráncfort; Air Europa con Madrid; Vueling con Barcelona, e Iberia con Madrid. Tres vuelos que tenían previsto aterrizar ayer fueron finalmente suspendidos y otros tres desviados a Oporto, Vigo y A Coruña. Los retrasos afectaron a siete llegadas.
La jornada de desconcierto vivida ayer en Santiago -la cuarta de esta semana- constituye un episodio más del pulso que libran los controladores con Aena. Mientras que el sindicato de trabajadores advierte de que la situación es consecuencia de que parte del personal ha cubierto las horas de trabajo anuales -un tope máximo de 1.670-, el ente dependiente de Fomento insiste en que ningún trabajador ha cubierto aún el 91% de su cupo máximo. Aena ya anunció su voluntad de emprender acciones legales contra los controladores por ausentarse del puesto de trabajo sin justificación y afectar al tráfico aéreo, lo que podría ser motivo de despido. Pero los trabajadores, amparados por el sindicato USCA, no solo no han dado marcha atrás, sino que anuncian un empeoramiento de la situación en los próximos días.
La organización que representa a los controladores culpabilizó ayer a Aena del caos que vivió Lavacolla por no haber previsto medidas para sustituir a los empleados que han cubierto el tope máximo de horas. Un problema, según USCA, «avisado a tiempo». El resultado de ayer fue que, de 35 vuelos programados entre salidas y llegadas, hubo 29 con alteraciones.