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Fomento ve el camino despejado para licitar los 6.000 millones del AVE antes de final de año

Pablo González
Pablo González REDACCIÓN/LA VOZ.

GALICIA

El ADIF entrará con capital público en la sociedad que gestionará la línea

04 dic 2010 . Actualizado a las 02:25 h.

El presidente del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF), Antonio González Marín, quiso conjurar ayer en A Coruña los temores a que la macrolicitación del AVE gallego sufra nuevos retrasos que pongan en riesgo el plazo del 2015. Durante su participación en las jornadas sobre el futuro del ferrocarril que organiza el Colegio de Ingenieros de Caminos de Galicia, González Marín confirmó que antes de que termine este año se lanzará la licitación del proyecto de colaboración público-privado, con una cifra redondeada de 6.000 millones de euros que, al final, probablemente se queden en 5.800.

El presidente del ADIF confirmó que el Ministerio de Economía y Hacienda aún no ha dado su plácet a los pliegos de contratación, aunque reconoció que ha habido reuniones con representantes del departamento que dirige Elena Salgado para solventar eventuales dificultades. «El pliego está casi cerrado, aunque Hacienda no ha aprobado todavía el acuerdo», dijo. Precisamente, desde algunos sectores se lanzaron sospechas de que, con la situación económica actual, el Ministerio de Economía y Hacienda pondría objeciones a la licitación. Pero parece que no va a ser así y su labor respecto al proyecto será de mera supervisión técnica, especialmente en lo que respecta a la financiación y al compromiso de estabilidad presupuestaria.

En el contrato se incluyen todos los tramos pendientes de construir entre Lubián y Ourense, la instalación de vía, electrificación y dispositivos de seguridad y señalización, así como el mantenimiento de toda la infraestructura entre Olmedo (Valladolid) y Santiago durante 25 años.

Finalmente, Fomento ha optado por el plazo estándar para las concesiones ferroviarias, aunque todavía no han perfilado cuál será el canon anual que se comenzará a pagar a la concesionaria a partir del 2016, cuando termine la obra. En él se incluirá un porcentaje de la inversión en obra civil -algo más de 3.500 millones-, el coste del mantenimiento y los intereses de los préstamos que aportarán las entidades bancarias y los fondos de inversión. Aquellas obras ya adjudicadas que incluyan períodos de mantenimiento de infraestructuras -algunos proyectos de electrificación, por ejemplo- serán asumidos por la concesionaria cuando termine el plazo acordado en estos contratos.

Una vez que se solucionen los últimos detalles, Fomento comunicará al Boletín Oficial de la Unión Europea el contrato, el primer foro en el que se hará público. El ministro de Fomento, José Blanco, pondrá al tanto de todos los detalles y de la hoja de ruta al presidente de la Xunta, en la reunión que mantendrán en Madrid el próximo día 13.

Respecto a la situación de «parálisis» con la que Feijoo definió la situación de pacto del Obradoiro y el eventual retraso en el plazo, Antonio González Marín considera que el plazo de finales del 2015 es «inalterable», sin entrar de lleno en la enésima polémica entre el Ministerio de Fomento y la Xunta.

El ADIF entrará de socio

En el marco general de los planes de colaboración público-privados se especifica que el ADIF, al ser una sociedad estatal cuyas inversiones no computan en el déficit, podría aportar el 50% de la inversión inicial de la obra civil. Fuentes del administrador ferroviario confirmaron que el ente público entrará a formar parte de la sociedad consorciada que gestionará el nuevo acceso a Galicia, aunque todavía no se ha perfilado en qué porcentaje. Esto implicará que el capital inicial para construir los tramos que faltan no será exclusivamente privado.

Las empresas, según las condiciones que imponen las propias entidades financieras y el marco general de Fomento, deberían aportar de sus propios recursos al menos el 20% del capital. Según ha sondeado La Voz en alguna de las constructoras más importantes, las empresas ven «muy difícil» poder inyectar cantidades tan altas en plena crisis, aunque ven el contrato como una oportunidad.