El comité de rutas, creado para diseñar un mapa de enlaces con el que cubrir desde la comunidad los destinos más interesantes para captar turismo y acercar a los gallegos a los principales núcleos europeos, llegó a su fin como órgano de encuentro institucional en noviembre, cuando los alcaldes de Vigo y A Coruña entendieron que la Xunta primaba con sus subvenciones los vuelos de Santiago.
Las dudas planteadas desde la Xunta y la aerolínea Vueling sobre la rentabilidad de volver a activar la ruta Vigo-Bruselas y recuperar el enlace entre la misma ciudad y Londres hizo que Abel Caballero diese por fracasada la estrategia de un comité ideado por el Ministerio de Fomento para imponer racionalidad en la histórica competencia entre los aeropuertos gallegos. Las negociaciones abiertas en favor de Alvedro para abrir una ruta a París, como otra a Bruselas desde Santiago, pese a existir ambos destinos en Peinador, llevó al Concello vigués a negociar por su cuenta la recuperación del vuelo a Londres, presente ya en Santiago. Ese mismo destino es pagado por el Concello coruñés, además del de Lisboa y el mantenimiento de Spanair en la ciudad, conceptos a los que este año destina 3,2 millones.
Además de la falta de consenso entre alcaldes y Xunta, el citado comité fue criticado por Aviación Civil a través de su director, Manuel Ameijeiras, al acusar al Gobierno gallego de chantajear a los alcaldes con retirarles las ayudas si no aceptaban el mapa de vuelos decidido por el Ejecutivo autónomo.