Aseguran que el presidente duda de su profesionalidad de forma constante
11 may 2011 . Actualizado a las 06:00 h.Anda en San Caetano el ambiente laboral cada vez más enrarecido. La sede de los servicios centrales de la Xunta, donde trabajan 2.000 empleados públicos, acogió ayer una asamblea multitudinaria, de esas que no se recuerdan. Cientos de funcionarios rebosaban el salón de Presidencia con aire de indignación colectiva, parecido al que desprenden esas plataformas de ciudadanos cuando se hallan afectados por una estafa. La reunión, en principio, estaba convocada por los sindicatos para tratar un posible recorte salarial, una propuesta que la Xunta ni siquiera ha puesto encima de la mesa. La concurrida asamblea, sin embargo, derivó en un alegato contra la figura del presidente, al que acusan de deslizar de forma constante e irresponsable declaraciones públicas que ponen en entredicho la honorabilidad y profesionalidad del grueso de empleados.
El desencadenante de este malestar se remonta a hace dos semanas, cuando el presidente recordó que se «paga por trabajar», con relación a la elevada tasa de absentismo laboral. Sin que se haya hecho público ni un solo dato de la incidencia de este problema, la Xunta ha anunciado una investigación para detectar posibles fraudes. Así lo reconoció el propio Feijoo en un almuerzo ante empresarios. Hace días, el presidente, interrogado sobre los retrasos en los cobros de empleados de Xustiza, se descolgó con otra ironía: «Xa xulgarán o resto de cidadáns se dous días é tarde para cobrar».
Los cuatro sindicatos con representación -CC.OO., CSIF, UGT y la CIG- han acordado la redacción de un manifiesto que firmarán todos los empleados públicos para reprobar esta conducta y para exigir que se investiguen las anomalías sin derramar las sospechas sobre el conjunto de trabajadores. Entienden que Feijoo se comporta de manera «irresponsable», como si confundiera su papel de presidente de la Xunta con el de consejero delegado de una empresa, tal y como denunciaba ayer un funcionario de la CIG.
El propio presidente es partidario de extender la jornada laboral a la tarde. Y cuentan que en San Caetano, tanto Feijoo como algunos conselleiros prefieren no hacer recepciones después de comer para evitar que otras autoridades crucen vacías las instalaciones, como si fuera día de fiesta.