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Feijoo inaugura la emergencia

Domingos Sampedro
domingos sampedro SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

El líder del PPdeG afronta el segundo tramo de mandato decidido a redefinir el gasto en la sanidad y la educación

20 jun 2011 . Actualizado a las 16:53 h.

Dijo Feijoo esta semana en el Parlamento que la sanidad gallega afronta una situación delicada y que si no se toman medidas -el que gobierna suele buscar eufemismos a la palabra recortes-, entonces «non haberá cartos para chegar a fin de ano». Quizás exagerara un poco. O no. Quizás se limitó a ser realista. En paralelo, la Xunta soliviantó a los sindicatos al pedirles a los profesores de infantil y primaria que trabajen cuatro horas lectivas más a la semana, paso previo para que puedan atender a más alumnos, y se resigna ya a apechugar en el sistema con 20.000 personas dependientes que no recibirán ayudas que tienen reconocidas por ley.

Desde hace dos años a esta parte, Galicia camina como el cangrejo, unas veces de lado y otras al revés, viendo dónde puede meter las tenazas para redimensionar el gasto público. No había tradición en democracia de que los presupuestos mermaran año tras año, pero está ocurriendo.

De los 11.793 millones de euros que manejaba la Administración autonómica en el 2009 se pasó a los 9.708 millones de este año. Es decir, la Xunta dispone de 2.085 millones menos que hace dos años para atender a una población con necesidades crecientes por la crisis, y la deuda creció algo más de un 40 % acumulativo en el mismo período. De repente, es como si no se pudiera pagar todo el sistema educativo, que este año costará 2.222,3 millones.

El escenario que dibujan estas cifras es el de emergencia nacional. El presidente de la Xunta lo admite en privado, aunque no lo explica públicamente con esta crudeza, no vaya a ser que a alguien se le vaya el pensamiento a Argentina, país que desde el crac del 2001 muestra cierta querencia por promulgar leyes que colocan la palabra emergencia en su título.

Pero en la práctica, ya se ha resignado a gestionar la emergencia, si cabe todavía con mayor crudeza desde la victoria del PP en las elecciones municipales de mayo. En la primera parte de la legislatura, la agenda de ajustes del Gobierno de Feijoo se fue abriendo camino con relativa discreción, porque asuntos como la fusión de las cajas de ahorros lo opacaban todo.

Bancarizada la caja gallega, la Xunta se hará a un lado, como el cangrejo, para afrontar el segundo tramo de la legislatura de forma muy diferente y poner la redefinición del Estado del bienestar en el centro del debate político.

Feijoo lo empezó a hacer en la reunión de hora y media que mantuvo con el líder del PSdeG, Pachi Vázquez, hace diez días. El encuentro tenía como objetivo perfilar un acuerdo para reformar la Compañía de la Televisión de Galicia, pero este asunto se zanjó en apenas un cuarto de hora y el líder del PPdeG dedicó el resto a intentar implicar a Vázquez en la redefinición de la sanidad pública.

La respuesta del líder del PSdeG también se plasmó esta semana en el Parlamento: «Non é posible desmantelar», advirtió, en lo que es todo un preludio del gran asunto que marcará el debate político hasta las autonómicas. El PSOE quiere que Feijoo se queme solo en su apuesta, lo que obligará a la Xunta a meter antes las tijeras a todo lo posible (Gaiás, TVG, empleo público o servicios accesorios) antes de suprimir una sola prestación sanitaria.