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El tren puede contribuir a evitar atascos al facilitar el acceso a 20 playas gallegas

Pablo González
pablo gonzález REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

La red de apeaderos próximos a arenales con los que cuenta actualmente Renfe podría ampliarse a 26

16 ago 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Los fines de semana playeros de julio y agosto pueden convertirse en una tortura si se opta por el vehículo privado. Las colas en los peajes, las retenciones en el acceso a la AP-9 desde la autovía de O Salnés, la imposible búsqueda de aparcamiento... Frente a las teorías de ordenación del territorio que solo apuestan por ampliar cada vez más las redes de autovías y los aparcamientos, parece evidente que no se ha pensado seriamente en utilizar y promocionar el tren como medio de transporte para el ocio estival. De hecho, Galicia cuenta con unos 16 apeaderos y estaciones que están muy próximos a playas pero que, en muchos casos, están infrautilizados. Esto sin contar las estaciones de las grandes ciudades que están en la costa, donde se puede acceder a las playas utilizando los buses urbanos en combinación con el ferrocarril.

Esta red de estaciones que ofrecen muy fácil acceso a unos veinte arenales fue aún mayor hace años, pues Fomento ha suprimido al menos dos de ellos: el de A Pasaxe, en A Coruña, desde donde se podría ir a la playa de Santa Cristina; o el de Castro, que daba acceso al arenal de la Alameda, en Ponte do Porco.

Precisamente en la línea Ferrol-A Coruña es donde se echa de menos alguna frecuencia diaria más para atender a viajeros que, por ejemplo, podrían quedarse a 250 metros de la playa de Cabanas sin necesidad de soportar los atascos dominicales. Pero este día, por ejemplo, solo hay cuatro frecuencias entre ambas ciudades, lo que podría desanimar a los potenciales viajeros.

El éxito de la Compostela

No obstante, algunas de estas paradas del tren sí que tienen cierto éxito de público cuando la cercanía al arenal se combina con buenos tiempos de viaje y abundantes frecuencias. Es el caso de la playa de Compostela, en Vilagarcía, a la que acuden numerosas personas en tren a diario y que se ha convertido en una alternativa desde hace años para cientos de compostelanos. Si además la línea permite viajar sin dificultades con la bicicleta, los alicientes para el usuario son aún mayores.

La línea de Feve por el Cantábrico, aunque más lenta, ofrece unos paisajes excepcionales y acceso a unas ocho playas. Otros ejes ferroviarios, como el del fondo de la ría de Vigo, serán sustituidos por la variante de alta velocidad, aunque es de esperar que se mantenga algún tipo de servicio de proximidad.

Técnicos consultados consideran incluso factible habilitar apeaderos de temporada cerca de playas que no lo tienen. Solo sería necesario un andén sencillo y una marquesina. Así, en la línea transcantábrica se podría acceder a los arenales de Esteiro, Arealonga o Area. Con iniciativas así de simples podría ampliarse la red de apeaderos a unos 26, que estarían próximos a una treintena de playas.