Diogo va a conquistar su sueño «gracias a que son muchos los que sueñan con nosotros», asegura Elisabete.
El pequeño, «de sonrisa maluca», como lo define su madre, se ha metido en el bolsillo a todos. Fin y medios justifican solos la solidaria campaña lusogalaica. Aquí, y en toda la Península.
Ayer mismo, cuando las 19 toneladas que costearán su primera mano mioeléctrica se encontraban ya en la fábrica, sonaba otra llamada para Diogo. El dueño de la principal empresa de venta y distribución de agua mineral de Andalucía sucumbía también al llamamiento del pequeño.
«Todas las aportaciones escriben nuestra historia, da igual la cantidad y el país de procedencia», explica la madre, sin querer creérselo aún del todo. Pero tampoco se puede obviar que con la oferta que llega desde Almería, eso de las próximas 36 toneladas a dos años vista suena un poco más posible. La colaboración de Servifriagua se confirma como el acicate contra posibles desánimos. Su propietario, Diego Martínez, confirmó ayer su respaldo incondicional para retomar el camino.
El empresario no ha podido concretar en número la aportación, pero se presume que será un estimulante trampolín porque va a poner a disposición del pequeño «todas las tapas que tenga y los envases que se pueda». «Me convenció en cuanto lo vi», explicó.