Un motorista pereció tras caerse y no poder dar datos para su localización
14 oct 2011 . Actualizado a las 06:00 h.Ovidio Montero Veloso, de 27 años de edad y vecino de Ribadavia, murió el miércoles debido a las heridas internas que sufrió al salirse de la carretera con la moto que conducía a su paso por el municipio ourensano de Cenlle. No murió en el acto. Tras el accidente pudo avisar por su teléfono móvil de lo sucedido, pero no pudo identificar el lugar exacto, y los medios de búsqueda tardaron más de tres horas en localizar la zona. Era demasiado tarde. Para entonces el motorista había fallecido. Hasta pasadas las nueve de la noche pudo hablar por teléfono, en comunicación con quienes lo buscaban.
El motorista, ya herido, llamó por teléfono a uno de sus amigos. Le contó que había tenido un accidente y que pidiese ayuda. Eran las 18.50 horas y empezaba así una búsqueda angustiosa por parte de los servicios de emergencias locales y provinciales y de los vecinos del lugar.
Desorientado por el golpe sufrido en la caída, solo acertó a decir que el siniestro había ocurrido cuando circulaba por la carretera de A Carixa, perteneciente al municipio de Castrelo de Miño, y que solo veía pinos a su alrededor. No podía moverse. Aventuró además que podría tener un brazo y una pierna rotos.
Desde las 19.15 horas se concentraron en los alrededores de la OU-402 un amplio dispositivo de búsqueda, con el Grumir y la Guardia Civil de Ribadavia, Protección Civil de la Mancomunidade de O Ribeiro, agentes de Tráfico y numerosos amigos y familiares que llegaron en coches particulares.
La incertidumbre empezó a apoderarse de todos. Durante los siguientes treinta minutos no lograban descubrir ningún rastro o marca en la carretera, ni de la moto ni del herido, que sugiriera dónde podía estar.
Pero aún podían mantener el contacto con el herido de forma periódica, por lo que él fue aportando algunos datos más sobre su situación. Les dijo que oía el ruido de vehículos circulando con rapidez, lo que hizo pensar que se encontraba cerca de la autovía.
Pero algunos de esos datos eran, sin embargo, erróneos. Dijo que oía un embalse y que había oído un helicóptero y el ruido de los motores de motobombas. Los servicios de emergencias se pusieron en contacto con el distrito forestal para comprobar si había trabajos de extinción en la zona. No los había, y quedaba así eliminada otra pista.
Anochece
La novia del motorista reveló que esa tarde él pretendía trasladarse a una granja familiar en la localidad de Eiras, en San Amaro, ya en la comarca de O Carballiño. Hacia ese lugar se concentraron todos los esfuerzos, ya pasadas las 20 horas, de los equipos de búsqueda a los que se habían ido sumando ya más personas, entre ellas el padre del joven. Eran casi cincuenta los que intentaban la localización, que cada vez se fue haciendo más difícil al ir anocheciendo.
Se decidió entonces ampliar el radio de acción por las carreteras secundarias de la zona y por las que Ovidio utilizaba habitualmente para hacer ese trayecto.
Se pierde la comunicación
Entre las 20.30 y las 20.45 horas se perdió la comunicación con el accidentado, que se pudo restablecer minutos antes de las 21 horas, pero los datos que aportó, señalando que oía sirenas, tampoco facilitaron ni permitieron su localización. Los servicios de emergencia intensificaron desde ese momento la utilización de las señales acústicas e intentaron contactar de nuevo con el joven para ver si podían escuchar a través del móvil las sirenas, pero desde las 21.15 horas no fue posible establecer una nueva comunicación. Los equipos volvieron a pasar por lugares que ya habían rastreado, pero sin descubrir ninguna pista.
Aparece la moto
A las 21.30 horas, una ambulancia que regresaba a Ribadavia iluminando los lados de la carretera descubrió la moto, a seis metros de la carretera de Xubín a Cenlle, la OU-P-0000, en el kilómetro 1,1, apenas a 800 metros de Sadurnín. A varios metros de la moto estaba la víctima. Eran las 22.05 horas. Los servicios médicos estuvieron más de treinta minutos intentando reanimarlo, pero ya nada se podía hacer nada por su vida.
A 10 kilómetros
Al final, fueron más de tres intensas horas de búsqueda agónica y de un increíble esfuerzo que no sirvieron para poder salvar la vida del motorista. Estaba a 10 kilómetros del lugar que él había señalado en su primera llamada como la zona en la que se salió de la carretera. Fueron datos erróneos, probablemente a causa de la desorientación que le produjo el golpe recibido en el accidente. Además, sufrió el siniestro en una carretera que no solía utilizar.
Hoy será enterrado, a las seis de la tarde, en el cementerio de San Paio.
siniestro mortal en ribadavia