Sarandós llora la muerte de su vecina, Matilde Vázquez Ramallal, asesinada ayer en Tabeaio por su exnovio Lino Botana Fariña.
La víctima vivía con sus padres, un tío y su abuelo, de 102 años, en una casa a escasos doscientos metros de su asesino. «Era tan cariñosa, tan boa nena. E tan familiar...», recuerdan sus vecinos. «Case todos os días paseaba ao mediodía cos seus pais por estes montes. Despois ía para o traballo», indicaron.
Sus vecinos siempre la recuerdan como novia del hombre que la mató: «Levaban de mozos dende a escola. Ían xuntos á escola de Carral, e alí namoráronse». Matilde y Lino se relacionaban con otros jóvenes del lugar. «Ían á festa xunto coa miña filla», contó la propietaria del bar de Sarandós. «Cando a miña nena decidiu casar, levou aos dous de testigos».
Pero sus vecinos también reconocen que la pareja pasó por distintas crisis. «Deixábanse e volvían. A Matilde non lle gustaba que Lino se emborrachara, pero el deixaba de beber por tempadas e era cando volvían xuntarse», aunque sus allegados agregan que nunca llegaron a hacer vida de pareja.
Hace unos meses, Matilde le dijo a Lino que su relación se había acabado, según indicaron varios vecinos. Pero estos también reconocen que esa ruptura no fue tan definitiva como parecía: «De cando en vez viamos o coche da rapaza na casa de Lino».
Y no entienden lo que pudo pasar por la cabeza de este hombre para cometer el asesinato. «Lino bebía moito, e máis dende que morreu súa nai, fai dous anos. Pero non podemos crer o que pasou», señalan.