Un incendio carbonizó las instalaciones de la empresa Lago Paganini
19 dic 2011 . Actualizado a las 11:20 h.La conservera Lago Paganini, situada en pleno centro de Cangas, al lado del Ayuntamiento, quedó totalmente calcinada por un incendio que se inició en sus oficinas sobre la una y media de la madrugada de ayer. El suceso, que sobresaltó a todo el vecindario del casco urbano por la magnitud de las llamas y la explosión de las latas de aceite cuando se quemaban, tendrá consecuencias inmediatas. Los 75 empleados fijos de la fábrica y otros 25 eventuales contratados para sacar adelante los pedidos antes de comenzar las vacaciones de Navidad se quedan en el paro. De momento, sin previsión alguna de que la empresa pueda volver a funcionar.
Aunque todavía no se aclararon las causas del incendio registrado en Cangas (25.912 habitantes), se supone que fue causado por un cortocircuito. La Guardia Civil investiga el origen. Los bomberos de O Morrazo y Protección Civil de Cangas lograron evitar que las llamas se propagasen a otra fábrica lindante, Conservas Iglesias. Esta, sin embargo, tendrá que parar su producción durante al menos un par de meses para limpiar las instalaciones y reparar la maquinaria. No pudo evitarse que el fuego arruinase otra nave dedicada a almacén y reparación de redes. El aparejo acumulado, valorado en unos 50.000 euros, quedó también calcinado, al igual que la estructura que soporta el tejado.
Lago Paganini perdió la nave, construida en 1915 sobre una concesión que vence en el 2018 (año en el que la Dirección General de Costas se hará con el solar), dos camiones, una furgoneta, dos carretillas elevadoras, los lotes de conservas ya elaboradas y listas para salir al mercado, y la totalidad de la maquinaria. Solo quedan en pie las paredes de piedra y probablemente habrá que derribarlas, ya que no tienen sujeción alguna al haber caído el tejado y la estructura que lo soporta.
El incendio se produjo cuando cientos de jóvenes celebraban el habitual botellón de los sábados en las inmediaciones del Concello. Muchos de ellos se tomaron el suceso como un espectáculo. A su lado estaban trabajadores con lágrimas en los ojos, el empresario, familiares de este y cientos de vecinos que se levantaron de sus camas.