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Reiriz, una aldea para el recuerdo

C. Rueda / F. Albo

AGRICULTURA

Una localidad de la parroquia pantonesa de Atán, deshabitada desde hace dieciséis años, se halla en un espectacular paraje de la Ribeira Sacra del Miño

25 may 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Hace dieciséis años que la soledad se apoderó del lugar de Reiriz, cuando el último vecino abandonó definitivamente esta aldea de la parroquia de Santo Estevo de Atán, enclavada en una de las zonas más espectaculares de la Ribeira Sacra. Llegar en coche a este lugar es tarea imposible, ya que no tiene acceso asfaltado. La mejor opción es ir desde Atán por el camino que lleva directamente a Reiriz y Cabo de Vila. Para llegar a Atán hay que salir de Ferreira de Pantón por la antigua carretera N-120 en dirección a Ourense. En el kilómetro siete tenemos un desvío para Atán y su iglesia.

En una época aún no lejana, en Reiriz vivían hasta once familias, cuyas únicas fuentes de ingresos eran la agricultura y la ceba de animales para el autoconsumo. En tiempos tuvo mucha importancia en la economía local la recogida de la castaña, aunque más tarde los soutos fueron siendo reemplazados por los viñedos. Los más antiguos estaban situados en las proximidades de Atán, en los lugares de A Pendella y Pousa Cansada, hasta que fueron cubiertos por las aguas del río Miño cuando se construyó el embalse de Os Peares. Actualmente, las viñas que se conservan en la aldea se encuentran repartidas por los lugares conocidos como A Rigueira, O Piteiro, O Verdeal y O Val. En cambio, debido a la orientación de Reiriz -nada favorables para esta actividad-, las bodegas para elaborar y almacenar el vino tuvieron que ser construidas en la vecina aldea de Seoane, en el lugar llamado Leira Vella.

Cultivos

La tierras de labradío de Reiriz, de notable calidad, permitían cosechar todo tipo de hortalizas y verduras y una amplia variedad de árboles frutales. Pero a la fertilidad del suelo se contraponía una notoria escasez de agua en los meses de verano, que podía mermar considerablemente las cosechas en las épocas de fuerte estiaje. Para paliar este serio inconveniente, los vecinos tenían que aprovechar al máximo las aguas del arroyo de A?????Fonte. A su paso por la aldea, una buena parte de su caudal era desviado hacia un par de presas o pozos en los que se almacenaba el líquido. En el llamado Pozo de Arriba, el agua era utilizada por los vecinos solamente para lavar la ropa. En cambio la que se acumulaba en el Pozo de Abaixo se distribuía para regar las huertas. Cada vecino tenía asignado un día determinado para regar.

El caudal del arroyo de A Fonte es muy bajo y escaso, de tal manera que a finales de verano era raro el año que no secaba. En tales circunstancias, los vecinos sólo podían echar mano de la Fonte de Reiriz para poder seguir regando. La patata se sembraba muy temprano aprovechando las lluvias del invierno y las peculiares condiciones ambientales de esta zona, consecuencia de unas temperaturas invernales benignas y una orientación que proporciona durante el año numerosas horas de exposición solar.

Hornos de pan

Una de las viviendas más importantes de Reiriz era la Casa do Queiroal, además de ser la única que tenía horno propio para cocer. Los demás vecinos del pueblo disponían de un horno comunal donde elaboraban el pan y las empanadas el día que les correspondía. Debido a la escasez de leña en toda la zona, se aprovechaban rastrojos de todo tipo. No era raro que se cruzase el Miño para ir a la ribera de Carballedo en busca de leña. Como último recurso, y en el preciso momento que un vecino sacaba la hornada, aprovechando que el horno todavía estaba caliente, lo atizaban nuevamente con un poco de leña para que alcanzase en poco tiempo la temperatura idónea para seguir cociendo.