El calor era aplastante. Acababa de cenar y me dispuse a veer el telediario de Monforte. Repantingado en el sofá veía las imágenes de la visita de un conselleiro (sí, ahora recuerdo), cuando la pantalla empezó a cortarse como en tiras y cachitos pequeños. Cambien de canal por ver si la pérdida de señal era general, pero no. Vuelvo al canal local y me encuentro con lo que debía ser la radiografía de la mandíbula de una persoa con las sombras de unos dientes torcidos y gastados. Bueno carallo, bueno... ayer estuve sintonizando el canal con la TDT y ahora me sale esto. Pensé que en realidad había cambiado de lugar un programa de cotilleo y enseñaban al personal la radiografía de la Esteban antes de operarse la nariz, o que estaban explicando la trayectoria de la cornada cerca del mentón a un torero famoso. Oigo música clásica de fondo, cambia la imagen y después de ladear mi cabeza a la izquierda interpreto lo que sería un intestino. ¡Aaah, claro! Ya sé, la Consellería de Sanidade está probando su sistema de tener un médico radiólogo de guardia para tres hospitales: Monforte, Verín y O Barco.
Radiografías de casos urgentes hechas por una máquina y vistas por un médico a kilómetros de distancia, los intereses de los grupos hospitalarios privados que tienen sus raíces en sociedades científicas que asesoran a gobiernos, el influjo del sistema americano, la eliminación de las ecografías y su sustitución por la radiación de los pacientes, el desmantelamiento de los servicios de radiología de los hospitales...
Háganme un favor y este verano, si van a leer un libro, incluyan como marcador de página la nota ¿qué sanidad queremos? Háganlo en las terrazas de los bares con los amigos o comiendo con sus familiares que vienen a Monforte de vacaciones. Discutan esto pero háganlo sin tragar el anzuelo de la sostenibilidad económica, que no despilfarro, porque maniata nuestro derecho a un servicio público esencial.
¿Por qué no nos preguntan a nosotros? Los ciudadanos tenemos derecho a participar en la gestión de los recursos humanos y materiales en sanidad y no solo porque lo dice la Constitución y un puñado de leyes. Ante una urgencia queremos un médico radiólogo aquí en Monforte, no en Verín, Marruecos o la India, que nos atienda bien. Que hable con nosotros o con nuestra familia y con el cirujano o especialista que espera su informe. Que se tome su tiempo para que podamos contarle dónde nos duele porque no nos hemos visto privados por un tiburón financiero de que nos hagan una ecografía.
Menos admiración por lo que se hace en Madrid y más contratación de radiólogos. Profesionales con contratos estables y no de dos meses, motivados para no marcharse de Galicia. Quiero más inversión en Monforte y no desvío de pacientes, por ejemplo, a hacer resonancias magnéticas a una clínica privada de Ourense. ¿Con lo que le pagan anualmente no llegaría para contratar tres médicos radiólogos de guardia para Monforte, Verín y O Barco? Venga hombre, venga. Ah, se me olvidaba: y no quiero más palabrería hueca de políticos que dicen seguir trabajando por la mejora de nuestro hospital.
Noté la camisa empapada de sudor, por lo que decidí levantarme para ver si corría algo de fresco, pero opté por volver sobre mis pasos y darle un golpe a lo bruto a la televisión deseando que volviese la imagen del telediario. Sabia decisión. Sonreí aliviado al ver otra vez las noticias.