Diputados y senadores de la oposición hacen el camino de Sarria a Santiago
07 oct 2010 . Actualizado a las 02:00 h.El Camiño Francés es elegido por miles de personas y colectivos para hacer reivindicaciones. En el PP son perfectamente conscientes de ello y por eso un grupo de una treintena de diputados y senadores con algunos acompañantes partieron ayer desde Sarria para cubrir el trayecto hasta Santiago y así denunciar la falta de ayuda del gobierno central al Xacobeo.
Las organizadoras de la iniciativa, como no podía ser de otra manera, son cuatro mujeres que ocupan escaños en el Congreso. Dos de ellas, Olga Iglesias y Ángeles Vázquez son perfectas conocedoras de la ruta por ser originarias de Triacastela y Melide, y contaron con el apoyo de Ana Belén Vázquez y Belén Docampo. El otro parlamentario gallego del grupo, Joaquín García Díez, les mostró su solidaridad, pero no quiso inmiscuirse en tareas organizativas.
La salida fue a primera hora de la mañana y eso que una de las participantes llegó a Triacastela de madrugada después de hacer una intervención en el Congreso, un dato más que desmitifica la opinión de que los políticos no trabajan demasiado.
El grupo tuvo que hacer una parada obligada en la Peregrinoteca de Sarria. Pocos contaban con la lluvia y tuvieron que aprovisionarse para soportar los rigores del tiempo.
La entusiasta expedición pronto se dividió en dos grupos, aunque no desvelaremos los nombres de los que se quedaron rezagados, y la primera víctima se produjo en la ascensión a Barbadelo. Fue uno de los acompañantes, ya que los políticos aguantaron, unos con más ritmo que otros, los rigores de la etapa.
La ventaja es que sabían que en Portomarín les esperaba una reparadora comida en la que actuó como perfecto anfitrión el portavoz popular Juan Serrano.
En Portomarín esperaba a la sufrida comitiva el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, un buen conocedor del camino y que no pudo acompañar a los peregrinos por culpa de su atareada agenda, aunque les mostró su apoyo incondicional.
Al final las caras de cansancio reflejaban la dureza de la ruta, según la mayoría solo comparable a un debate cara a cara con el Gobierno. La realidad es que la experiencia fue del agrado de todos los participantes, que se mostraron ilusionados por continuar su periplo hasta Santiago a pesar de las dolorosas agujetas del primer día.