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El cura del «Mentireiro Verdadeiro»

LUGO

El sacerdote, a sus 88 años, sigue siendo el artífice del único calendario agrícola que sale en Galicia por iniciativa privada. Este año fueron editados 5.000 ejemplares

04 ene 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

La edad no perdona y 88 años pesan. Tanto que, José Regadío Vázquez, un cura ya jubilado que reside en Filgueira (Palas de Rei), se enfrenta a constantes achaques que, en ocasiones, lo llevan a la cama de algún hospital. Todo eso, sin embargo, no le impide que siga siendo el creador cada año de O Mentireiro Verdadeiro , un calendario «chusqueiro, escotolido, galego-castelán, profético, enxebre, noticioso, artimañeiro e tamén barato». ¿Alguien da más? No. La publicación es la única que por iniciativa privada se edita en Galicia. Hay otros dos calendarios, pero uno lo sacaba la Diputación de Lugo y el otro una empresa de O Porriño.

O Mentireiro

se editó siempre en Palas, sin embargo de unos años a esta parte, se ocupa de dicha tarea Jesús Taboada en su imprenta de Lugo. Este hombre, muy vinculado al cura, que es quien se encarga de elaborar los textos, mantuvo abierta en Palas, desde el año 91, la imprenta Lakinfil, sin embargo hace cuatro años que se trasladó a Lugo donde abrió Norgraf, otro taller de impresión.

Regadío, el cura, reside en su casa de Filgueira desde el año 1951. Vive solo, aunque tiene familia. Es un hombre especial al que le cuesta someterse a normas y que, en sus tiempos de empuje, llegó a tener su propia imprenta con una máquina ófset que podía editar en color.

Ahora ya no misa. Dejó hace tiempo las seis parroquias de las que se ocupaba porque la salud ya no le permite llevar el ajetreo de llegar puntual al altar. Su cabeza, sin embargo, le permite ocuparse de hacer las predicciones del tiempo de todo el año, contar «pandigadas», «bufonadas», «adiviñas», «picarescas, «enredos», «paliques con rabo sin can», «rarezas».

«Los años ya no perdonan, sin embargo sigue ocupándose puntualmente de preparar el calendario», dijo su amigo Jesús Taboada. No lo pillan desprevenido porque en septiembre comienza a preparar el almanaque del año que viene, es decir año y medio antes. Entre pronóstico y pronóstico, llega al mes de junio, que es cuando lo entrega a la imprenta para su edición. En septiembre está listo y comienza la distribución por toda Galicia e incluso en la zona del Bierzo. Las ferias de octubre y noviembre son un buen momento para atraer a la fiel clientela, ajena a las páginas de organismos oficiales que, a través de Internet, ofrecen las previsiones del tiempo, aunque no con carácter anual.

Regadío no falla en sus previsiones y verán porqué. Las que se refieren a este mes, aparecen bajo el epígrafe de «tempo pispiado (osmado)» y dicen así: «No enceto do mes non daremos un carto polo tempero meigengro ou pillo que nos darán; pois será vailarte e fedelloso con que nos agasallarán os meteoros: ben nos zorregarán unhas pingueiras polo día e noites frías, como alvirizarán as longas noites con meiguices craros de lúa; xa por contra, orballará rentes do mencer, como diluviará xeiras curtas. Pero fruiremos pola será fuxidías raxeiras de sol que se liscarán polos buracos das nubes. Tampouco falirán as noites de branco luar de sempre». Como pueden apreciar, el cura no se moja. Aprovecha una literatura muy peculiar y enredosa para el lector, pero él sale airoso.

Acaba diciendo del mes meteorológico: «pistonudas xaleiras a barullo, friaxe a basourar, longas noites, non de pedra, moi sollosas, esquías choviñadas (mais ben orballadas), pero non se precisará ploro nen antuca pro sol».

Cuando en una ocasión le preguntaron cómo se las ingeniaba para hacer las previsiones, el cura dijo que las fases de la luna las pedía al Observatorio Astronómico de Madrid; el Meteorológico zonal de A Coruña, le aporta datos de Galicia «y yo, aporto un resumen de treinta años de experiencia».

«Tengo hecha una media. Luego, acudo a libros de de metereología y discurro, ya que no hay pronósticos a largo plazo, dado que el tiempo es libre y no hay quien le ponga un disco que prohíba el paso de los meteoros», contó el sacerdote al que el cambio climático no le afecta en sus pronósticos. De todos modos, advirtió de que el tiempo resulta desconcertante. «Antes era mucho más normal: respetaba al hombre. Ahora, nos deja mal en todas las esquinas porque es más difícil seguirle el rastro».

La idea de hacer O Mentireiro , le surgió cuando hace muchos años dejó de publicarse O Gaiteiro de Lugo . «Gerardo Castro, que tenía un importante taller de artes gráficas en Lugo, en la calle San Pedro, publicaba este calendario. Al fallecer, dejó de salir al mercado y, en mi opinión, supuso una pérdida muy importante, especialmente de cara a los paisanos. Intenté comprar a las hermanas del impresor los derechos, pero me pidieron 200.000 pesetas, que era mucho dinero a principios de los años cincuenta. Desistí y finalmente decidí publicar O Mentireiro Verdadeiro », apuntó.

El título nació en Palas, en la rebotica del extinto Eduardo Seijas Vázquez, considerado uno de los mejores heraldistas de Galicia. Allí se reunían el cura, el secretario del Concello, algunos médicos y maestros. En los primeros años, el pronóstico del tiempo lo hacía otra persona en un gallego muy cultivado, sin embargo, desde que el cura se ocupa de dicha tarea, utiliza una lengua que él define como «enxebre, rancia y pura, que es la buena».