El hombre que llevó a cabo alrededor de una treintena de robos en vehículos estacionados en Sarria aceptó ayer una pena total de tres años y medio de prisión y una multa de 12 meses a razón de cuatro euros diarios. Se trata de Francisco Fernández Quiñoá, de 32 años.
Los hechos que le imputó el fiscal sucedieron durante los meses de enero a marzo y de septiembre a diciembre del año 2004. La acusación le imputó un delito de estafa y falsedad y otro continuado de robo con fuerza en las cosas. Pedía inicialmente que le impusieran cuatro años de prisión por el primero y tres, por el segundo. Antes de iniciarse la vista, programada para ayer por la sección segunda de la Audiencia Provincial, el abogado del acusado y el fiscal llegaron a un acuerdo para pactar una reducción de la pena que fue la que acabó aceptando el acusado.
El primero de los robos que le imputan lo cometió en febrero de 2004 después de haber roto una ventanilla de un vehículo que se encontraba en una nave de una constructora de Sarria. Se llevó los altavoces traseros y documentación.
Realmente a este hombre le valía todo cuando encontraba en el interior de los vehículos, desde los aparatos de música hasta incluso las placas de matrícula que se llevó en una ocasión. También se apoderó de diversos documentos, ropas, herramientas, máquinas de fotos, tarjetas de crédito y repostaje, bolsas de deporte y aseo
Le imputaron, a su vez, el haber robado unos 150 euros de una máquina de lavado de una gasolinera. Entre el día 21 y el 22 de noviembre de 2004 entró al interior de una nave de una empresa de Seteventos tras romper los cristales exteriores de las uralitas y de las oficinas. Se llevó un permiso de circulación, la tarjeta de inspección técnica de un camión y otros efectos.
Además hizo efectivo por importe de 437 euros un talón bancario que había robado. Para ello puso el nombre y falsificó la firma del titular del talón del que se apoderó.