Muchos hosteleros y empresarios que cierran en hora se suman a las quejas por quienes no lo hacen
11 may 2009 . Actualizado a las 20:51 h.Catorce locales de la capital han sido denunciados en los últimos tres meses por cerrar más tarde de lo permitido. Según indicaron fuentes municipales, los 14 expedientes se han trasladado a la Consellería de Presidencia, Administracións Públicas e Xustiza, puesto que su tramitación es competencia de la Xunta. El incumplimiento de los horarios de cierre es algo que no solo molesta a los vecinos afectados por el ruido, sino también al gremio de empresarios de hostelería que sí cierran a la hora, según afirmó el presidente de la Asociación Provincial de Hostelería, José Francisco Real, recalcando que hay «muchos asociados que se quejan por este motivo».
La Xunta reguló en 2005 los cierres de todos los locales y espectáculos, de manera que los horarios forman una cadena escalonada. Los restaurantes son los primeros, puesto que tienen que echar la llave a las 02.30 horas. Les siguen las cafeterías, cuyo límite está en las 03.00 horas; y después van los karaokes o pubs. Esta clase de locales tienen como límite las 04.00 horas, pero las noches de los fines de semana y vísperas de festivo pueden ampliar media hora, que se suma a los treinta minutos que tienen de margen para desalojar. Así, a partir de las 05.00 horas la gente solo podría acudir a tablaos flamencos, discotecas y salas de fiestas o baile. Estos establecimientos, teniendo en cuenta la ampliación de horario por fin de semana y el tiempo de desalojo, serían los encargados de poner punto y final a las madrugadas de juerga a las 06.30 horas.
En el momento en que uno de los establecimientos del principio de la cadena la rompe, significa trastocar la actividad de todos los demás, puesto que la llegada de la clientela se retrasa y, por lo tanto, también «obliga» a retrasar la hora de cierre.
Una minoría
Este periódico comprobó en la madrugada del pasado sábado que la mayor parte de los pubs del casco histórico cierran, al menos, una hora más tarde de lo acordado. A pesar de ello, el presidente de la Asociación de Hostelería destacó que «la inmensa mayoría de empresarios cumple con lo establecido, son muy pocos quienes no lo hacen». Esa minoría provoca las reiteradas quejas de los vecinos, que además de invertir miles de euros en insonorizar las viviendas, tienen que aguantar los excesos de cada fin de semana.