En momentos de gran incertidumbre para el sector eólico gallego por la adjudicación de la potencia, las empresas optan por asumir encargos en el extranjero a la espera de que se resuelvan el conflicto en Galicia. Según cálculos de la CEL, los empresarios lucenses en el concurso que está en entredicho en estos momentos son adjudicatarios de 800 MW, que supondrían la inversión de 1.300 millones de euros y la creación y mantenimiento de más de un millar de puestos de trabajo durante los próximos siete años.
La incertidumbre y las ofertas que surgen del extranjero han obligado a las empresas a centrar sus esfuerzos fuera de Galicia.
Uno de los empresarios del sector, aunque actualmente volcado en la energía solar y en la fotovoltáica, José Otero Gavieiro, de Isempa, aseguró que el descenso experimentado por la carga de trabajo en Galicia ha obligado a las empresas a buscar contratos fuera. Las firmas desplazan a sus plantillas a las comunidades o países extranjeros dónde han conseguido ocupación. Europa. Estados Unidos y América Latina son las zonas en las que más ofertas hay en estos momentos.
Mano de obra formada
Otero Gavieiro insiste en que formar un operario para trabajar en este tipo de empresas es caro. Además de los ciclos de formación profesional relacionados con el sector las empresas invierten en la formación de sus cuadros de personal, a los que adiestran aproximadamente durante cuatro meses para especializarlos. Según este industrial, las empresas no se pueden permitir el lujo de prescindir de una mano de obra a la que ha formado y en la que ha invertido capital y la desplazan al extranjero, que es dónde hay posibilidades de negocio actualmente. «En estos momentos tenemos que ir -aseguró Otero Gavieiro- dónde hay trabajo y aprovechar esta oportunidad».
Pocos inconvenientes
Si hace un par de años las ofertas en el extranjeros eran tentadoras para muy pocos trabajadores del sector por los inconvenientes que lleva aparejados estar fuera de casa durante varios meses, actualmente es una salida ante la falta de carga laboral, no sólo en Galicia sino en el resto de España. Pocos rechazan estas ofertas.