Una ternera de apenas unas horas de vida fue devorada por animales salvajes en un prado cercado de la parroquia chantadina de Camporramiro. Los propietarios de la granja de la que formaba parte la res atacada explicaron ayer que los técnicos de la Consellería de Medio Ambiente que acudieron a revisar los restos confirmaron que todo apunta que fue obra de lobos.
La ternera muerta estaba en un prado del lugar de Vilaboa con su madre y otra decena de vacas preñadas. Las otras treinta vacas de la explotación pasan la noche en un establo. «Non as metemos todas pola noite porque nas instalacións que temos non collen e non nos autorizan ampliacións», explica Diego López Rodríguez, copropietario de la granja Vilaboa SC, a la que pertenecía la res.
No se sabe cuándo se produjo la incursión de los lobos, pero tuvo que ser entre el miércoles al mediodía, la última vez que los dueños de la explotación fueron al prado, y ayer a la misma hora, cuando Diego López volvió a ver cómo estaban las vacas. Al llegar se encontró los restos de la ternera recién nacida, que tenía la cabeza entera y el resto del cuerpo prácticamente en los huesos. Al lado de los restos estaba la madre. El resto de las vacas estaban nerviosas, y evitaban incluso acercarse a su dueño.
Una cerca en el prado
El prado está rodeado por una cerca complacta de un metro de altura salvo por el lateral que limita por un río y por una entrada de unos diez metros de ancho. No hay casas a menos de un kilómetro.
El último ataque de animales salvajes al ganado del que se tiene constancia en la comarca de Chantada ocurrió hace unas semanas en Carballedo, a unos diez kilómetros de Camporramiro. En aquel caso, murió una ternera de diez meses.