La jueza no llegó a ser informada de que el ginecólogo padecía alguna dolencia durante su declaración
A CORUÑA CIUDAD
En ningún momento de la declaración del ginecólogo Abuín Mosteiriz la jueza fue informada de que éste tuviese alguna dolencia, según expresaron diversas fuentes. Después de haber firmado su testimonio y antes de que decidisen sobre su situació personal, el detenido se mostró, al parecer, muy nervioso y, con posterioridad, la instructora pidió que fuese examinado por los forenses y que llamasen al 061 para que el imputado no corriese ningún tipo de riesgo de salud.
La jueza, según diversas informaciones, supo de las dolencias del ginecólogo en el momento en que ordenó un examen por parte del forense. Posteriormente, el detenido fue conducido en ambulancia al hospital. La instructora autorizó que fuese acompañado por un familiar y ofició por escrito para que, cuando estuviera estabilizada la situación del ginecólogo y no existiera riesgo para su salud, fuera conducido de nuevo al juzgado. Esto sucedió unas tres horas después del ingreso, sobre las cinco y media de la tarde.
Cuando el detenido llegó de nuevo al juzgado no pudo continuar la comparecencia porque la letrada del facultativo se había marchado a A Coruña, donde tiene su despacho. Tuvo que ser avisada. Diversas fuentes apuntaron a que la jueza estuvo esperando un tiempo prudencial y que luego continuó oyendo declaraciones relacionadas con la operación. «En ningún momento peligró la salud del imputado ya que de ser así, se hubieran requerido tantas veces como fuesen necesarios los servicios médicos», apuntó una fuente que, además, dijo que la magistrada trató en todo momento correctamente al imputado, que fue informado de los motivos de su detención y de los derechos legales que le asistían.
Intento de desprestigio
El hecho de que la abogada del ginecólogo la criticase y anunciase quejas a altas instancias, por una supuesta dureza exhibida hacia el imputado fue interpretado por algunos sectores como un intento de desprestigio hacia la jueza.