Veterinarios de la empresa Seaga, que realizan las identificaciones de ganado en las explotaciones, están recogiendo firmas entre los ganaderos, para demandar el mantenimiento de un servicio que nació al amparo de la crisis de las vacas locas, como garantía de la trazabilidad de la carne.
La puesta en marcha de la oficina ganadera virtual pone en peligro la continuidad de 40 veterinarios de Seaga en la provincia, que en Galicia suman más de ochenta. Según fuentes del sector, identifican cada día en la comunidad autónoma entre 1.700 y 2.000 reses, tarea que desde hace unas semanas la Xunta asignó a los titulares de las explotaciones.
La implantación de la oficina virtual está despertando recelos en los ganaderos. Antes un único profesional, además de identificar al animal nacido y de inscribirlo en el registro de la explotación, se encargaba de todos los trámites burocráticos que, a partir de ahora, obligarán a los ganaderos a realizar desplazamientos frecuentes a las oficinas comarcales y entrar en contacto en muchas ocasiones con tecnologías que no controlan. Uno de los sistemas para identificar a las reses es a través de Internet, con una clave que permite el acceso a la oficina virtual y desde donde tiene que aportar los datos del animal nacido.
La Xunta anunció que entregará gratis a los ganaderos los crotales por los que hasta ahora cobraba 2,40 euros. El número de ellos será en un 70% del número de vacas en producción.
Errores
Uno de los temores que suscita el funcionamiento de este sistema, que descarga en los ganaderos la responsabilidad de la identificación de las reses, son los errores que se pueden generar. La entrada en el matadero de reses deficientemente identificadas puede suponer el decomiso y la destrucción del animal, con las consiguientes pérdidas para el ganadero.
Los profesionales afectados defienden que el 99% de las canales que se destruyen en los mataderos gallegos porque no se puede garantizar la trazabilidad proceden de otras comunidades autónomas, en las que están usando un procedimiento de crotalización similar al que pretenden implantar en Galicia.
Los veterinarios afectados sospechan que la decisión de la Xunta de cambiar el sistema de identificación está relacionado con las reclamaciones laborales que efectuó el colectivo en los últimos meses y que está dando lugar a sentencias judiciales. Los profesionales se están organizando para luchar por sus derechos. Algunos de ellos llevan efectuando identificación de animales desde el año 1988, en que se puso en marcha el servicio.