A Alexia Pardo, que lleva años peleando en los tribunales el régimen de visitas de su hijo porque considera que es discriminatorio por su condición de transexual, no le quedan ya más posibilidades, al fallar la Gran Sala del Tribunal Europeo de Derechos Humanos que no reexaminará su caso. La decisión, que le fue comunicada la semana pasada, supuso un jarro de agua fría para Alexia Pardo porque sigue insistiendo que todas las sentencias dictadas en Lugo y fuera de Lugo son claramente discriminatorias hacia su persona.
Alexia Pardo aseguró ayer que su confianza en la justicia había quedado minada después de esta decisión. Insistió en que su situación en estos momentos, por decisión de su hijo, es diferente de cuando emprendió acciones judiciales. «Soy tremendamente feliz de que me quiera y de que esté conmigo porque así lo desea, que es lo que está pasando en estos momentos». Según Alexia Pardo el niño pasa los fines de semana con ella, habitualmente desde el viernes por la tarde, hasta el domingo. «Las cosas -aseguró- están siendo ahora como tendrían que haber sido desde el principio».
Alexia Pardo insiste que fue el propio niño, que pronto cumplirá los 14 años, el que se plantó delante de su madre y le dijo que quería estar con ella y que si no se lo permitía haría valer su derecho a decidir en el juzgado. La exesposa de Alexia, que solicitó en el 2004 la retirada de la patria potestad, una vez que inició el tratamiento para su reasignación sexual, no efectuó ningún pronunciamiento público durante el largo proceso.