¿Hasta cuándo seguir? Me respondo y digo ?hasta las últimas consecuencias?

isabel lópez LUGO / LA VOZ

LUGO

12 sep 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Como de costumbre, pues después de siete días de huelga de hambre ya me empiezo a acostumbrar a no comer, la noche se pasó bien, aunque fue un poco más movida por causa del botellón de los jóvenes. Descansé algo peor, y cuando me miré en el espejo al levantarme me di cuenta de que me está cambiando el color de la cara. He llegado a pensar que son las vacaciones que estoy pasando aquí, pagadas por la Justicia, para ver si se empieza a trabajar en caso del Ceao. Pero después me lavo la cara y me doy cuenta de que no es ese el motivo, sino los días que llevo en huelga de hambre con la esperanza de que se active y se pongan todos los medios para resolverlo.

El domingo por la mañana estaban mis hijos conmigo -porque soy una persona normal y tengo una familia- y cuando me fui a asear y me vieron cepillarme los dientes, el más pequeño me preguntó: «Mamá, ¿para qué lo haces si no has comido?». A mí me dio la risa porque era una pregunta muy sensata, ¿no crees?

Echa de menos desayunar

Sigo sin tener hambre. Lo que peor llevo es el café de la mañana y el desayuno, porque era algo que nunca me saltaba, y aunque tuviera que salir de casa a las cinco de la mañana, desayunaba antes.

La noche del sábado al domingo, un grupo de jóvenes que iban de botellón se pararon para darme su apoyo. Los mayores de 18, además, dejaban su firma y me invitaron al botellón, pues decían: «Tú no puedes comer, pero sí beber, así que anímate y ven con nosotros». Estos jóvenes del botellón con los que conversaba sabían del caso por lo que oyen a sus padres y leen en la prensa porque, aunque los criticamos por no leer, sí lo hacen y se informan. Se me vino a la cabeza que si mi hermana estuviese aquí tendría las mismas preocupaciones que tantos padres por esta situación.

No dejo de pensar que uno de mis hijos empieza el colegio y no puedo acompañarlo. Todo por culpa de esta injusta situación. ¿Hasta cuándo seguir? Me respondo y me digo ?hasta las últimas consecuencias?.

Nuestras familias sufren mucho, hemos tenido que cambiar nuestro ritmo de vida y eso puede que nos pase factura a todos. Pero Elena y Esteban se merecen descansar en paz.

diario de una huelga isabel lópez pide justicia