Los problemas sólo parecen haber empezado para el matrimonio McCann, padres de Madeleine, la niña inglesa desaparecida en mayo en Portugal. Ayer, fuentes de la Policía Judicial lusa afirmaron que tienen «indicios suficientes» para incriminar a Kate y Gerry McCann en el homicidio de su hija. La intención de los investigadores es presentar hoy al fiscal asignado al caso, José Cunha de Magalhaes e Meneses, un informe con pruebas detalladas que demuestran cómo Kate McCann mató a su hija y ocultó el cuerpo de la niña.
En la documentación aportada se incluyen los interrogatorios realizados a ambos, así como las pruebas forenses recogidas en el apartamento en el que pasaron las vacaciones, en el vehículo que alquilaron 25 días después de la desaparición de la niña y los resultados -y esto es una prueba novedosa- de la vigilancia a la que ha sido sometida la pareja tanto por la policía lusa como por la británica.
Además, la cadena Sky News informó anoche, basándose en una fuente policial, que dos de los tres vestigios biológicos recogidos en el maletero del coche corresponden al ADN de Madeleine y el tercer trazo coincide parcialmente. Sin embargo, anoche, el director nacional de la policía judicial, Alipio Ribeiro, afirmó que «ninguno de los resultados de esos exámenes permite afirmar con certeza que la sangre pertenece a x o y».
Los McCann han mostrado desde el Reino Unido su decisión de apoyar la investigación y están dispuestos a regresar a Portugal si así lo piden las autoridades policiales, aunque siguen defendiendo su inocencia.
Calpol para dormir
En las últimas horas daban un paso importante fichando como abogado a Michael Caplan, un eminente letrado criminalista con gran experiencia internacional que trabaja para la firma Kingsley Napley. Caplan fue el abogado que representó al ex dictador chileno Augusto Pinochet en su batalla para evitar ser extraditado a España.
Mientras la pareja inicia su vida en el Reino Unido con la dificultad de tener que aceptar la presencia en la puerta de su casa de docenas de periodistas y furgonetas de televisiones de todo el mundo, los vecinos de Rothley, en Leicestershire, les han dado la bienvenida y les han mostrado su ayuda. Sin embargo, la opinión pública británica ha comenzado a enfriar el apoyo incondicional que venía mostrando a la pareja desde hacía unas semanas.
Por otra parte, el abuelo materno de Madeleine admitió a un medio de comunicación que es posible que los padres pudieron dar a la niña algún medicamento que la ayudara conciliar el sueño. El abuelo, Brian Healy, ha indicado que ni su hija ni su yerno «serían capaces de hacerle daño a ninguno de sus hijos», pero sí ha reconocido que pudieron administrarle algún medicamento de tipo del paracetamol. «Kate simplemente podría haber usado Calpol para que la niña durmiese mejor», fueron las palabras del abuelo, que añadió que «de ahí no se puede llegar a pensar otra cosa».