Turquía lanzó ayer una gran ofensiva contra el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) con la incursión en el norte de Irak de 10.000 soldados, incluidos 3.000 comandos especiales, que habrían penetrado unos 10 kilómetros en el país vecino. Los milicianos kurdos anunciaron la muerte de 22 soldados turcos, lo que no fue confrimado por Ankara.
Se trata de la primera incursión terrestre de gran envergadura desde las que se produjeron en los años 1992, 1995 y 1997, antes de la captura del líder del PKK, Abdulá Ocalan, en 1999.
El primer ministro de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, aseguró ayer en un mensaje televisado que el único objetivo del ataque son los militantes del PKK, que la operación tiene un alcance limitado y que el Estado Mayor turco prometió poner el máximo cuidado en no dañar a civiles. «Nuestras Fuerzas Armadas volverán en el más breve plazo posible, en cuanto hayan alcanzado su misión», añadió.
Erdogan declaró que cuenta con el apoyo y la comprensión de la Unión Europea, Irak y Estados Unidos, país que ofrece a Ankara desde noviembre información detallada sobre las posiciones de los rebeldes kurdos. «Estamos manteniendo los contactos necesarios con la Administración iraquí [...], continuaremos colaborando con la comunidad internacional, especialmente con EE.UU. e Irak», señaló.
En cambio, el jefe del Gobierno iraquí, Nuri al Maliki, a quien Erdogan notificó personalmente la incursión militar, pidió que Turquía respete la soberanía de Irak, aunque reconoció que el PKK es «una amenaza» para la seguridad turca.
La UE indicó que «entiende que Turquía necesita proteger a su población del terrorismo», pero recordó que el país «debería abstenerse de cualquier acción militar desproporcionada y respetar los derechos humanos y el Estado de derecho». El secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, llamó a respetar la frontera turco-iraquí.
Ataques aéreos nocturnos
La operación comenzó el jueves a las 19.00 horas (una hora menos en España), según la cúpula castrense turca, con una serie de ataques aéreos durante la noche. «La operación evitará que la región sea utilizada como permanente santuario por los terroristas y contribuirá a la estabilidad y paz interna de Irak», destaca en un comunicado, en el que insta a la prensa a no acudir a la zona por seguridad.
Hussain Parvari, el comandante kurdo responsable para la seguridad fronteriza en esa región, dijo que se pudo oír «intenso fuego cruzado» desde de Hakurk, donde apenas viven civiles y que se encuentra fuera del control de las autoridades del Kurdistán iraquí.
En el parte de bajas, el único que dio cifras fue el PKK, que asegura que al menos 22 soldados turcos murieron y varias decenas resultaron heridos en emboscadas tendidas por su milicianos en el norte de Irak. Los datos no han sido confirmadas por el Ejército turco.
El ministro iraquí de Exteriores, Hoshyar Zebari, informó que el Ejército turco destruyó cinco puentes sobre el río Avashin que separan ambos países . «Tres puentes eran para vehículos y dos solo para peatones», añadió.
El ataque se enmarca en las operaciones contra las bases del PKK en Irak iniciadas en diciembre tras haber recibido el visto bueno del Parlamento y del Gobierno turco.