Los «hackers» robaron al presidente galo pequeñas sumas a través de Internet
20 oct 2008 . Actualizado a las 02:00 h.Hace apenas un mes Nicolas Sarkozy presumía de musculatura tras poner contra las cuerdas a los piratas somalíes. Las fuerzas especiales enviadas a la costa africana por el expeditivo presidente galo habían acabado de un plumazo con el secuestro de un velero de pabellón francés. Los corsarios no le duraron a Sarkozy ni diez minutos. Sin embargo, otros piratas menos bravucones, pero más eficaces, han conseguido sacar de sus casillas al presidente de turno de la Unión Europea.
Si no tenía suficiente con lidiar con la crisis financiera global, Sarkozy ha tenido que hacer frente también a un inesperado agujero en su economía doméstica, ya que, según publicaba ayer el dominical francés Journal du Dimanche , un grupo de hackers logró acceder a sus datos bancarios personales y saquear su cuenta particular. A pesar de que los cautelosos intrusos no quisieron levantar sospechas, por lo que se dedicaron a retirar en sucesivas ocasiones pequeñas sumas de dinero, el meticuloso Sarkozy se percató en septiembre de que no le cuadraban las cuentas y formuló, según el semanal francés «con la mayor discreción», una denuncia ante el fiscal de Nanterre, que de inmediato movilizó a las brigadas criminal y financiera de la policía gala para que sus sabuesos siguieran las huellas de estos audaces cacos virtuales.
Sin embargo, a pesar del elevado rango del denunciante, los gendarmes no han logrado todavía echar el guante a estos escurridizos ciberintrusos. Según los especialistas consultados por el dominical, los hackers podrían haber obtenido el número y el criptograma (las cifras que aparecen en el dorso) de la tarjeta de crédito presidencial, lo que sumado al nombre de su célebre titular y a la fecha límite de validez de la tarjeta bastan para operar sin trabas por Internet. Habitualmente, apuntan estos expertos, los piratas se limitan a realizar movimientos inferiores a los 200 euros para pasar desapercibidos durante el mayor tiempo posible. También podrían haber accedido a sus contraseñas al lanzar un ataque mientras Sarkozy consultaba sus cuentas a través de Internet, el refugio favorito de estos bucaneros del siglo XXI.