Pocas veces la elección del presidente federal en Alemania, que se celebra hoy en Berlín, había generado tanta expectación. No solo porque supone el pistoletazo de salida del maratón electoral alemán, que culmina con los comicios generales de septiembre. También porque hoy, día en que se celebra el 60 aniversario de la fundación de la República Federal de Alemania, este país podría contar con su primera presidenta después de nueve presidentes.
Aunque se trata de un cargo meramente representativo, algunos como Richard von Weizsäcker se ganaron el calificativo de apóstol moral de la nación. La catedrática Gesine Schwan, candidata de socialdemócratas y Verdes, podría desalojar del palacio de Bellevue al favorito de los conservadores y liberales, Horst Köhler. Una canciller y una presidenta al frente de la nación, todo un hito.
Con su discurso afable e inteligente, la politóloga, que ayer cumplió 66 años, tiene más posibilidades que en el 2004, siempre y cuando los suyos no le den la espalda, y reciba los votos del Partido de la Izquierda. No obstante, el discurso incómodo de esta mujer de rizos dorados, que se niega a calificar la extinta Alemania comunista de Estado injusto -porque «no todo era injusto, pese a ser una dictadura»-, ha vuelto a inclinar la balanza durante las últimas semanas a favor del candidato de Köhler.
Las últimas encuestas apuntan a que en la Asamblea Federal -órgano que se constituye cada cinco años para elegir al presidente- habrá más votos para este ex gerente del Fondo Monetario Internacional -sobre todo ahora que Alemania atraviesa la peor recesión desde la posguerra- que para la defensora de una democracia integradora. Köhler, el favorito de Merkel, ha resultado una piedra en el zapato para la gran coalición, al menos en dos ocasiones durante su mandato, negándose a rubricar proyectos de ley. Si más de la mitad de los 1.224 delegados (políticos, cantantes, catedráticos o médicos que envían los parlamentos regionales) se decantan por el actual presidente, Angela Merkel y Guido Westerwelle, el líder de los liberales, podrían cantar victoria de cara a las generales. Porque sentaría un precedente para una coalición de conservadores y liberales.
Sea como fuere, hoy será un día de celebraciones en Berlín. Se espera que casi medio millón de personas se acerque a escuchar a Daniel Barenboim interpretando la Novena Sinfonía en la Puerta de Brandemburgo, para hacer los honores a la Ley Fundamental Alemana. Y también se decidirá hoy quién es el campeón de la Bundesliga, y todo apunta a que será el Wolfsburgo.