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Divisiones y divisiones en la teocracia iraní

Ángela Rodicio

INTERNACIONAL

03 ago 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

El 5 de agosto, Alá mediante, el presidente Mahmud Ahmadineyad jurará su cargo por otros cuatro años, a pesar de las protestas, y de las acusaciones masivas de fraude en las elecciones. Aun así, ya nada es lo que era en Irán. Las divisiones que siempre han consumido a los protagonistas de la teocracia iraní, tradicionalmente fuera del dominio público, han estallado con una virulencia sin precedentes y son la comidilla de corrillos internos y externos; profanos, y de observadores profundamente interesados en la evolución de las rencillas que amenazan con llevarse por delante 30 años de república islámica.

Ahmadineyad ha visto como el líder supremo, su aliado fundamental, le ha exigido que deponga de su cargo a su consuegro, Rahim Esfandiar Mashaei, elegido primer vicepresidente. Una vez dijo que el pueblo de Israel era amigo de Irán. Ahmadineyad no ha tenido más remedio que obedecer a los duros, pero ha nombrado al padre de la esposa de su hijo jefe de Gabinete presidencial. Con el consiguiente cabreo en el sector duro.

Ceses

Hace un mes, Ahmadineyad depuso al jefe de la Inteligencia, a lo que siguió la dimisión del ministro de Cultura. Ya por fin, el hombre al cargo de una nueva comisión de lucha contra la corrupción y el fraude en el Gobierno será Alí Kordan, que el año pasado tuvo que dimitir, con un escándalo sin precedentes, cuando se supo que había falsificado su diploma de estudios, según él, conseguido en Oxford. Entre los moderados, más divisiones. Por una parte Rafsanyani, el Fouchet de Irán, empeñado en salvar cuantos más muebles mejor de un régimen marchito. Por otra, Musavi y los suyos, que quieren llegar con sus reformas al primer borrador de la Constitución de 1979. Allí no se contemplaba que el clérigo chií tuviera ningún papel político. Ni la figura de Velayat-e-Faqih, la autoridad personificada en un guía religioso.

El balance se halla en los cuerpos de la Guardia Revolucionaria, 120.000 hombres que Jomeini quiso sustituyeran al Ejército del sha, del que no se fiaba. Ahora constituyen la columna del régimen. Si las divisiones llegaran también aquí?