Lo hizo con 30 años, días antes de que estallara la Segunda Guerra Mundial.
02 sep 2009 . Actualizado a las 20:12 h.Los cien años que acaba de cumplir no le permiten recordar muchos detalles de su heroica labor. Sólo con estos documentos, Nicholas Winton puede memorizar durante unos segundos las vidas que salvó de las garras del nazismo.
Lo hizo con 30 años, días antes de que estallara la Segunda Guerra Mundial. Se desplazó hasta la antigua Checoslovaquia y, sin contactos diplomáticos ni prácticamente ayudas externas, consiguió trasladar en tren hasta Londres a 669 niños de origen judío.
Los mismos a los que buscó también familias de adopción y que ahora se dan cita en esta máquina de vapor que sale desde Praga para recrear el milagro. El viernes llegarán a la capital británica para encontrarse con Winton; el hombre que tal y como cuenta muchos de esos niños, hoy ancianos, les salvó de una muerte casi segura. Gracias a él hoy hay más de 5.000 descendientes de los 669 niños que salvó entonces.
Un milagro logrado de forma clandestina. Cruzaron en tren la Alemania de Hitler y realizaron una complicada escala en ferry en Holanda. Todo eso lo ocultó Winton durante 50 años en unos documentos olvidados en una maleta. Fueron nueve viajes en los que sin embargo pesa para este Schindler británico la pérdida del último de todos.
250 niños no pudieron salir del país y nunca más se supo de ellos. La guerra ya había comenzado.