El mundo necesita un tratado para defenderse de los ciberataques antes de que se transformen en una ciberguerra o guerra en Internet, declaró ayer en Davos el jefe de la agencia de telecomunicaciones de la ONU, Hamadoun Touré.
Los ataques contra Google, lanzados desde China según el motor de búsqueda, atrajeron la atención del Foro Económico Mundial. En ese marco, el secretario general de la Unión Internacional de Telecomunicaciones, Hamadoun Touré, subrayó que el riesgo de un conflicto entre dos países a través de Internet aumenta cada año. Ante esa situación, Touré propuso un tratado por el cual las partes se comprometan a no lanzar primero un ciberataque contra otra. «Una ciberguerra sería peor que un tsunami, una catástrofe», declaró.
Reservas
Sin embargo, John Negroponte, ex director de la CIA con George W. Bush, estimó que los servicios secretos de las potencias mundiales serían los primeros en «manifestar reservas» sobre esa idea. Susan Collins, una senadora republicana, estimó que la perspectiva de que un ataque a través de Internet desencadene una guerra debe ser tomado en consideración.
«Si alguien bombardea nuestra red eléctrica y vemos venir los bombarderos, claramente es un acto de guerra», señaló. «Si el mismo país utiliza ordenadores para poner fuera de servicio nuestra red eléctrica, no estamos lejos de decir que se trata de un acto de guerra», agregó.
Diez países
Según Craig Mundie, director de investigación de Microsoft, hay menos de diez países en el mundo cuya capacidad informática es suficientemente sofisticada para llevar a cabo ciberataques que pueden hacer aparecer como procedentes de cualquier parte».
China, EE.?UU. y Rusia forman parte de los 20 países que se encuentran inmersos en una carrera armamentística en el ciberespacio y que se preparan para posibles hostilidades vía Internet, había indicado el presidente de la empresa de seguridad en la red McAfee, Dave DeWalt.
Para McAfee, el reciente ataque contra Google ilustra el cambio de la infraestructura de los gobiernos en materia de espionaje y ataques hacia una ofensiva que es «comercial por naturaleza».