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Un triple atentado deja 33 muertos en Irak a cuatro días de los comicios

A. de Gracia? / ?Ali Touijeri

INTERNACIONAL

Agentes de seguridad desactivaron en las calles de Baquba otros cuatro artefactos explosivos

04 mar 2010 . Actualizado a las 02:04 h.

La violencia irrumpió ayer de forma virulenta en la campaña electoral iraquí con los estallidos de dos coches bomba y de un cinturón de explosivos que llevaba un suicida, en la ciudad de Baquba, que causaron al menos 33 muertos y 55 heridos, quince de ellos policías.

El primer atentado tuvo lugar cuando dos coches bomba conducidos por suicidas estallaron de manera simultánea cerca de dos edificios administrativos de la capital de Diyala, a 60 kilómetros de Bagdad.

Poco más tarde, un suicida detonó el cinturón de explosivos que llevaba adosado al cuerpo a la entrada del hospital general de Baquba, donde el jefe de la policía visitaba a los heridos de los atentados anteriores. Este tercer ataque iba dirigido contra él, general Abdulhusein al Shemri, según la agencia independiente Asuat al Iraq.

El jefe de la policía salió ileso del atentado, perpetrado por un kamikaze que vestía uniforme militar y había llegado al hospital en una ambulancia, haciéndose pasar por un herido, dijo el comisario Ghaleb Al Juburi.

Un responsable de seguridad anunció que habían desactivado dos coches bomba en el centro de la ciudad y descubierto dos bombas disimuladas en un televisor abandonado en la calle.

Se trata de la serie de ataques más sangrienta desde que comenzó la campaña electoral en Irak el pasado 12 de febrero.

Los atentados de ayer y la violencia de estas últimas semanas se han producido a pesar de que las autoridades han intensificado las medidas de seguridad para evitar cualquier ataque durante las elecciones parlamentarias del domingo, de las que saldrá el nuevo Gobierno.

«Los terroristas quieren sembrar la confusión e impedir que los iraquíes vayan a votar», declaró Alí al Musavi, consejero del primer ministro, Nuri al Maliki. «Las elecciones son muy peligrosas para los terroristas y por eso quieren torpedearlas», agregó.

Al Qaida y los extremistas de Ansar Al Sunna afirmaron que harían todo para impedirlas.

«Hemos decidido impedir las elecciones por todos los medios posibles, principalmente por medios militares», advirtió el jefe de Al Qaida en Irak, Abu Omar al Baghdadi, el 12 de febrero. Baghdadi calificó las elecciones de «crimen político urdido por los chiíes».

Necesidad de alianzas

Los cálculos más optimistas excluyen la posibilidad de que el primer ministro, Nuri al Maliki, consiga la mayoría, por lo que, de salir vencedor, tendrá que negociar con otras alianzas.

Fuentes políticas próximas a Al Maliki calculan que su coalición, el Estado de Derecho, obtendrá unos 100 de los 325 diputados en disputa, aunque el primer ministro confía en poder alcanzar los 120 escaños.

«El nuevo Gobierno dependerá de la mayoría política, no está excluida ninguna alianza si estamos de acuerdo con un programa político», dijo ayer el jeque Sayed Raadi Al Huseini, dirigente del partido Dawa, el grupo político del primer ministro.

No hay encuestas fiables que anticipen cuál podrá ser el voto, pero todo indica que el escenario será similar al que surgió tras las parlamentarias del 2005, que se prolongó durante meses hasta que Al Maliki fue designado primer ministro.