Pablo Milanés es un cubano de pro donde los haya, que ama a su patria y de los que opinan que ese pueblo no puede vivir más de promesas. Además de ser un artista conocido mundialmente, el interés por todo lo que lo rodea trasciende del espectáculo y pasa por su sensibilidad y las opiniones que manifiesta.
El afamado cantautor de la Nueva Trova Cubana, vinculado a Galicia a través de su esposa, la compostelana Nancy Pérez, siempre defendió las conquistas de los hermanos Fidel y Raúl Castro en la isla, pero ahora entiende que hay que avanzar hacia otras nuevas y no estancarse. «Estamos paralizados en todos los sentidos, hacemos planes para un futuro que nunca acaba de llegar», se lamentó hace ya dos años.
En 1967 se incorporó al servicio militar obligatorio. Era la época de la guerra de Vietnam y comenzó a tomar partido por las causas sociales, lo que desde entonces no dejó de reflejar en sus temas a través de expresiones referentes a la preocupación por lo que lo rodea.
El autor de No me pidas nunca dejó de ser crítico con lo que cree errado de la revolución y de sus artífices, y llegó a decir que no confía ya «en ningún dirigente cubano que tenga más de 75 años porque todos, en mi criterio, pasaron sus momentos de gloria, que fueron muchos, pero que ya están listos para ser retirados». Defiende la llegada de las nuevas generaciones para que hagan otro socialismo y aquello que «nuestros dirigentes ya no son capaces», pero no reniega de la revolución, sino de que esta no avance hacia otra que conduzca a un nuevo socialismo.