La Iglesia cubana media ante Raúl para liberar a los 75 presos políticos
INTERNACIONAL
El presidente de la Conferencia de Obispos, Dionisio García, anunció pasos a favor de los reos de conciencia
21 may 2010 . Actualizado a las 09:44 h.La Iglesia cubana está negociando con el Gobierno de Raúl Castro la liberación de los presos políticos del grupo de los 75 que habían sido retenidos en la isla durante la conocida como primavera negra del 2003.
Así lo aseguró ayer a este diario Vladimir Calderón Frías, director provincial del Partido Republicano en La Habana.
La reunión mantenida el miércoles, pero que trascendió ayer, entre Raúl Castro, el presidente de la Conferencia de Obispos de la isla, Dionisio García, y el arzobispo de La Habana, Jaime Ortega, se trató además la situación del disidente en huelga de hambre desde el 23 de febrero, Guillermo Fariñas, quien permanece hospitalizado debido a complicaciones derivadas de esa decisión.
Según Calderón Frías y otras fuentes consultadas, el inusitado encuentro entre las autoridades de la isla y la alta jerarquía de la Iglesia sirvió para la búsqueda de un acuerdo con el objetivo de liberar a los presos políticos de la primavera negra con la condición de su salida forzosa del país y la de su familia. Si bien, miembros de la oposición cifran en al menos 317 los encarcelados por razones políticas.
Al parecer, y según el citado responsable del Partido Republicano, la Iglesia «a cambio» intentaría ejercer un papel mediador en EE.UU. con los cinco cubanos allí detenidos desde el 2001 y acusados de espías -Gerardo Hernández, René González, Ramón Labañino, Antonio Guerrero y Fernando González-. El proceso puede ser lento, pero de llevarse a cabo, en el grupo de disidentes cubanos a liberar irían incluidos los 26 con graves problemas de salud, por cuyo motivo Fariñas empezó su ayuno tras la muerte en prisión de Orlando Zapata.
Calderón Frías relata que cuatro de ellos sufren tuberculosis que contrajeron en prisión, otros sufren problemas de piel por falta de luz, afecciones pulmonares, úlceras por mala alimentación, neuropatías isquémicas por falta de vitaminas...
El papel de interlocutor de la Iglesia tuvo sus frutos hace unos días, cuando el arzobispo de La Habana, Jaime Ortega, intercedió ante Raúl Castro para que las Damas de Blanco -esposas y familiares de los 75 presos de la primavera negra- pudiesen realizar los domingos su marcha pacífica y no fueran vituperadas y agredidas por afines al régimen castrista.
Temor del Gobierno
Es ahí, justo en las iglesias, donde se está generando, según algunas fuentes, un espíritu de unión de cubanos críticos con las autoridades de la isla. De hecho, los miembros de varias formaciones políticas asisten a lo largo del mes a varias misas para orar por los presos políticos en general. Este aglutinamiento de personas, asegura Calderón Frías, es temido por el Gobierno, porque a esos ruegos por los encarcelados se unen manifestaciones de descontento por la crisis y la reversión social.
Dionisio García señaló la disposición de Raúl «de resolver la situación y el problema de los presos», y aseguró que «se van a dar pasos» en ese sentido. Esto constituye un halo de optimismo, puesto que el Gobierno no solo no reconoce a los presos de conciencia, sino que los acusa de mercenarios.
El encuentro Iglesia-Gobierno sirvió también para preparar la visita a La Habana del canciller vaticano, monseñor Dominique Mamberti, en junio para conmemorar los 75 años de relaciones bilaterales, no siempre laxas.