Bruselas da por perdida la batalla contra París por expulsar a gitanos
INTERNACIONAL
La Comisión se da por satisfecha con las promesas de cambios. Nicolas Sarkozy se jacta de su victoria y se declara «muy feliz de que haya triunfado la razón»
20 oct 2010 . Actualizado a las 02:12 h.La Comisión Europea se dio ayer por vencida y renunció a adoptar cualquier tipo de medida contra Francia por las expulsiones masivas de gitanos rumanos y búlgaros ejecutadas desde al pasado verano por el Gobierno de Nicolas Sarkozy. A pesar de que la vicepresidenta y comisaria de Justicia, Derechos Fundamentales y Ciudadanía, Viviane Reding, llegó a compararlas con las deportaciones de judíos en la Alemania nazi, Bruselas ya había eludido hace semanas expedientar a Francia por discriminar a los gitanos.
Ayer, Reding confirmó que ni siquiera propondrá al Colegio de Comisarios que la amoneste por violar la directiva que regula los procedimientos de expulsión de europeos de otro Estado miembro. «Francia ha respondido positiva, constructivamente y a tiempo», dijo, en referencia al compromiso del Ejecutivo galo de adaptar sus normas sobre repatriaciones a la legislación comunitaria.
Reding trató de vender como un éxito lo que parece más bien una humillante derrota política. Sus declaraciones habían provocado la ira de Sarkozy, que llegó a abroncar al presidente de la Comisión, José Manuel Durão Barroso, en la última reunión de líderes europeos, sin que ningún jefe de Estado o de Gobierno, ni siquiera los de Rumanía y Bulgaria, saliera en defensa de la vicepresidenta.
Tampoco sus colegas comisarios la respaldaron, al menos en público, y, según fuentes comunitarias, fue el propio Barroso quien le pidió que no tensara más la relación con Francia. Consciente de su soledad, Reding no ha tenido más remedio que recular, y aunque lo ha hecho en dos tandas, Sarkozy se jactó ayer de lo que considera una victoria. «Estoy muy feliz de que haya triunfado la razón», señaló, subrayando que la marcha atrás de Bruselas «cierra un período de polémica que todo el mundo podría haberse ahorrado».
Francia ha expulsado en lo que va de año a cerca de 10.000 gitanos rumanos y búlgaros, y la mayoría de ellos han sido obligados a abandonar el país después de que el Ministerio del Interior ordenara el pasado agosto desmantelar sus campamentos.
Criterio racial
El Gobierno asegura que las deportaciones han sido tramitadas individualmente y bajo tutela judicial, aunque los colectivos de defensa de los gitanos sostienen que se ha expulsado a familias enteras, niños incluidos aunque estuvieran escolarizados, y que en la mayoría de los casos el único criterio seguido es el origen nacional y racial de los afectados. También insinúan que la orden ministerial no tiene otro motivo que la venganza, ya que se cursó pocos días después de que amigos y familiares de un gitano francés tiroteado en un control policial asaltaran una comisaría en una pequeña localidad del centro del país.
Reding no hizo mención a nada de eso en su anuncio de ayer, pero no parece casual que intentara desviar la atención sobre el caso presentando al tiempo una iniciativa para asegurar la aplicación efectiva por parte de los Estados miembros de la Carta Europea de los Derechos Fundamentales. Su artículo 19.1 solo consta de cinco palabras: «Las expulsiones colectivas están prohibidas».
Tras la decisión de Reding, el ministro de Exteriores de Rumanía pidió a la UE, ayer en Madrid, prestar más atención a la integración gitana.