
Una nueva ley incluirá la expulsión de los que estén o trabajen ilegalmente
28 dic 2011 . Actualizado a las 06:00 h.China ha puesto en marcha una serie de medidas para gestionar la avalancha de extranjeros, muchos de ellos occidentales, que huyen de la crisis atraídos por la emergencia de su economía.
Un joven arquitecto español en Pekín confiesa que cobra unos 700 euros mensuales, lo que es frecuente en su sector. La cantidad es apenas suficiente para sobrevivir en Pekín, pero mejor que enfrentarse al desempleo en España.
Mary, una estadounidense máster en administración de empresas, expresa su sorpresa porque las multinacionales ya no aceptan a directivos que no hablen chino. «Quieren que se entiendan con el personal», afirma. La competencia de esta joven no es poca en el país más poblado del mundo ( 1.340 millones), y con cada vez más ciudadanos preparados en las mejores universidades del mundo, y que dominan, además de su propia lengua, otras.
Cientos de miles de extranjeros han llegado a China en los últimos años huyendo de la crisis y atraídos por la segunda economía mundial. Pero el país tiene bastante problemas internos como para dar cobijo a todos, con 100 millones de personas que viven por debajo del umbral de la pobreza, según el criterio de la ONU.
En este contexto, los analistas no se sorprenden de que el legislativo chino empezara esta semana a redactar un borrador para expulsar y deportar a los extranjeros que están o trabajan de forma ilegal en su territorio.
Abogados extranjeros en China señalan que la nueva ley de Seguridad Social para extranjeros supondrá a las empresas foráneas hasta 650 dólares por empleado al mes. El borrador de la primera ley sobre extranjeros en China considera que «los cualificados» o quienes realicen «contribuciones destacadas al desarrollo económico o social del país» podrán tener la residencia permanente, mientras que los irregulares serán detenidos y deportados.
El viceministro de Seguridad Pública, Yang Huanning, señaló que hay un gran número de extranjeros que no tienen sus documentos en regla. La policía pidió «apoyo legal» para investigar y cobrar multas de entre 600 y 2.420 euros, y aplicar detenciones de hasta 15 días a los infractores, que no podrán regresar a China durante cinco años.
Los extranjeros entran en China como turistas, en viaje de negocios, como estudiantes o inmigrantes económicos.