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La Unión Europea respira aliviada

Cristina Porteiro
Cristina Porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

FIRMAS

La capitales comunitarias celebran que el resultado favorezca a la «unidad y fortaleza» frente a los separatismos

20 sep 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Más información sobre las valoraciones en España y el proceso catalán en las páginas 22 a 24

El mundo asistió ayer expectante a uno de los momentos más importantes de la historia de Escocia, del Reino Unido y de la propia Unión Europea. El referendo de independencia escocés mantuvo en vilo a Bruselas y las capitales europeas, que ayer se despertaron aliviadas al conocerse el triunfo del no.

La noticia fue recibida con satisfacción en Comisión Europea, donde se temía que el sí diese lugar a un nuevo escenario de inestabilidad política. «Celebramos la decisión del pueblo escocés de mantener la unidad del Reino Unido. Es bueno para la unidad y la fortaleza de la Unión Europea», aseguró ayer el presidente del Ejecutivo comunitario, José Manuel Durão Barroso. La posición de la UE con respecto a cualquier secesión territorial se ha fortalecido, asegurando que su postura respecto a la independencia de Cataluña «no ha cambiado» y que lo importante es una Europa «fuerte» con «Estados miembros fuertes».

El líder del Parlamento Europeo, el socialista Martin Schulz, reconoció que «el resultado es un alivio». Lo mismo manifestó su compatriota Angela Merkel, quien aseguró desde Berlín que recibía «con una sonrisa» el resultado. También lanzó un mensaje para aplacar las aspiraciones secesionistas en otras partes de Europa. «Es posible que este resultado tenga repercusiones indirectas sobre ellos», aseguró. Su portavoz, Steffen Seibert, dejó clara la postura de Berlín sobre la consulta catalana: «La situación legal es completamente diferente en el caso de España y la canciller comparte la opinión legal de Gobierno español».

Aviso a otras aspiraciones

El resto de líderes europeos aprovecharon el viento favorable y cerraron filas frente a las aspiraciones de otros movimientos separatistas activos en Francia, Bélgica e Italia, entre otros. El primer ministro italiano, Matteo Renzi, indicó que la UE «sacará provecho» de este desafío, que en su opinión, «ha revalorizado la diversidad y riqueza de nuestros territorios, y no la fragmentación». El presidente francés, François Hollande, ya había advertido horas antes de la consulta que se corría el riesgo de «desmantelar Europa y los Estados».

Para tranquilidad del actual comisario de Comercio, Karel de Gucht, los escoceses han decidido seguir caminando bajo la batuta de Westminster. El político belga dejaba entrever un escenario apocalíptico de haber salido victorioso el sí. «Habría sido un terremoto político comparable a la ruptura de la URSS. Europa no funcionaría con todos los pueblos queriendo gobernarse a sí mismos», aseguró este liberal flamenco no nacionalista.

Para los conservadores europeos de la Eurocámara, los escoceses «han dicho sí a la estabilidad» pero piden «que no se ignore al número de ciudadanos que expresaron su aspiración de ser independientes».

Escocia ha plantado a la Unión Europea ante su primer gran desafío separatista. Lo ha esquivado pero no será el único en el camino ni será el de mayor envergadura. Sigue latente la amenaza de David Cameron, de celebrar un referendo en el 2017 para decidir sobre la permanencia del país en la Unión. La única fórmula de impedirlo es a través de la negociación política. Londres quiere que le devuelvan competencias pero habrá que ver hasta dónde está dispuesta a llegar Bruselas.